Inicio Centro de Terapia para delitos sexuales: ineficaz y rebasado

Centro de Terapia para delitos sexuales: ineficaz y rebasado

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De las más de 700 denuncias por violación que se presentan cada año en las seis Agencias Especializadas en Delitos Sexuales de la Ciudad de México –en promedio dos cada día- no hay certeza de cuántas reciben apoyo psicológico en el Centro de Terapia, que depende de la Fiscalía para la Atención de Delitos Sexuales, de la Procuraduría capitalina, ya que la atención no es obligatoria.
 
A estas víctimas, cada año, sobre todo mujeres y niñas, para quienes el Estado no les garantiza “la posibilidad de disminuir el impacto de una violación, de eliminarlo”, como era el objetivo del Centro de Terapia de Atención para Delitos Sexuales (CTA), impulsado por organizaciones feministas, como parte de un proyecto de atención integral, explica a Cimacnoticias quien fue su titular, Bárbara Yllán Rondero.
 
Sin embargo, el CTA, fundado en 1991, como resultado de ese proyecto integral de atención a víctimas de delitos sexuales y que incluyó reformas al Código Penal Federal y la creación de las agencias especializadas, “se descuidó en el camino”, dice Yllán.
 
Peor aún, porque el CTA, la única unidad que brinda ese servicio, a donde se canalizan todas las víctimas que denunciaron en las Agencias Especializadas, hoy no es lo que se pensó: un modelo integral que diera las mujeres una “justicia restitutiva”: con atención jurídica, psicológica y de salud, agrega Yllán Rondero.
 
Las consecuencias no son sólo problemas de administración pública, señala la directora de la Asociación para el Desarrollo Integral de Personas Violadas (Adivac), Laura Martínez Rodríguez. “La importancia de que el Estado garantice este servicio es que las personas que vivieron violencia sexual puedan tener salud mental y emocional, pues de no recibir una atención especializada, las consecuencias puedes derivar en depresiones que lleven incluso al suicidio”, advierte.  
 
“Los proyectos como la atención a víctimas son muy delicados y más cuando no se cuidan, por eso ha habido casos fatales de denuncias, coincidió en señalar Bárbara Yllán. Lo peor es que el personal del CTA lo ve como una cuestión “asistencial”; la atención a víctimas y el seguimiento puntual de los delitos sexuales ha colapsado”.  
 
A ello se suma, afirma Martínez, impulsora del CTA, que a casi 30 años de creado, se desconoce si su modelo de intervención psicológica es efectivo o da resultados, ya que la PGJDF no ha sido transparente “nunca ha permitido, por ejemplo a la sociedad civil, una observación directa del trabajo de atención a víctimas que están haciendo, ni siquiera han hecho público el modelo que siguen”.
 
DE LA ESPERANZA… AL CTA
 
El CTA, como instancia de la PGJDF, por obligación, tendría que proporcionar atención psicoterapéutica a las personas (en su mayoría mujeres y niñas) que denuncian una violación sexual.
 
El CTA está ubicado, además, en la zona residencial de la colonia del Valle, Pestalozzi 1115, lejos de las delegaciones en donde, según la propia Fiscalía de Delitos Sexuales, hay más violaciones: Iztapalapa, Cuauhtémoc, Milpa Alta, Xochimilco, Magdalena Contreras y Tláhuac.
 
En el último año, sólo dio 28 terapias individuales y 885 grupales, (PGJDF, Quinto Informe de actividades), y atiende en promedio a  más de 3 mil personas víctimas de violencia sexual directas o indirectas cada año.
 
La realidad en el CTA, afirma la Directora de Adivac, es un servicio “tardío y burocrático”, donde lo único que les interesa “son los números oficiales y no la calidad de la atención”.  
 
Personal del Centro reconoce en entrevista que al ser la única unidad, “está saturado”. Y eso impide, señala por su parte la Directora de Adivac, que dé un tratamiento pronto y seguimiento puntal a las víctimas.
 
Yllán coincide: “No hay suficiente gente que atienda, asesores legales; sé que les están dando citas a las víctimas una vez al mes, cuando las terapias deberían darse mínimo una vez a la semana”.
 
Para Martínez, experta en atención a víctimas de violencia sexual desde hace 27 años, la terapia semanal garantizaría que el modelo de atención psicológica fuera eficiente, “las sesiones terapéuticas deben ser constantes, una vez cada semana, no como sucede en el CTA donde dan únicamente 12 sesiones.
 
Y agrega: el modelo de atención psicológica debe estar sustentado en técnicas, teorías, “no es un manual de procedimientos”.
 
CAPACITACIÓN, INFRAESTRUCTURA
 
Sin transparencia tampoco sabemos si el personal del CTA está realmente preparado en el área psicológica, afirma Martínez. Dicen que son especialistas “porque están trabajando ahí, pero no tienen una formación ni de género y mucho menos de Derechos Humanos. Tienen que saber de sexualidad y no saben, sólo tienen lo que les dan en la Facultad y muchas acaban de salir”.
 
El desinterés del gobierno siempre fue problema y la precariedad constante, afirma Yllán, al recordar cuando dirigió el CTA.  “No había mobiliario, comprábamos sillas de jardín usadas porque no había dinero, llenaba el Centro con muebles que arreglábamos, hacíamos jornadas de reparación para vernos dignos, aun cuando
hay cualquier cantidad de presupuesto en el gobierno”, señala.
 
EVALUAR, REPARAR, VIGILAR
 
Ante este panorama de colapso, tanto Yllán como Martínez consideran que sí hay salida. Para la Directora de Adivac, primero hay que acabar con el hermetismo, “crear un observatorio sobre el abordaje de la violencia sexual, puntualmente en el CTA”, y revisar su modelo de atención.
A partir de ahí, evaluar si se necesitan más unidades como ésta en la capital, dice. Se podría pensar, incluso, “en una institución que albergue los tres servicios de atención hoy seccionados: jurídico, psicológica y de salud, “para que las víctimas no estén en un ir y venir de instituciones”.
 
Podría operar de la mano de organizaciones civiles y expertas en el tema, pues agrupaciones como Adivac son las que se han posicionado como la opción para las víctimas. “Ven que no somos el gobierno y ven a las personas en los medios de comunicación que pasaron el proceso en Adivac y se sienten bien, dicen, yo quiero estar así”.
 
Bárbara Yllán asegura que “regresaría al sistema de la procuración, si realmente se permitiera trabajar sin restricciones”. Y propone crear un foro nacional, donde expertas y el Estado plateen los distintos problemas de violencia de género, violencia sexual, y su atención. Esto tiene que retomarse, insiste.
 
17/HZM/MMAE/GG
 

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