Después de tres meses de litigio, el pasado viernes la sala constitucional de la Corte Suprema de Chile autorizó la venta del fármaco Levonorgestrel, principal activo de la anticoncepción de emergencia.
Cabe señalar que el recurso de apelación fue presentado por el Instituto de Salud Pública, (ISP), instancia que aprobó la comercialización de este medicamento para evitar que esa Corte revisara el fallo de la Octava Sala de la Corte de Apelaciones, que hace unos meses había permitido la comercialización del Levonorgestrel, aunque mantuvo la prohibición del medicamento Postinal, del laboratorio Silesia.
La noticia fue festejada por organizaciones no gubernamentales, como la Red Latinoamericana y del Caribe por la Salud de las Mujeres, pues señalan que la autorización del fármaco implica el rechazó del recurso interpuesto por los grupos provida que solicitaban dicha revisión, intentando que el fallo de la Corte de Apelaciones se hiciera extensivo a todo producto que incluyera el Levonorgestrel 0.75 mg, como principio activo.
La decisión de la Corte Suprema hecha pública el 21 de diciembre fue adoptada por unanimidad, señalando los magistrados que el fallo de la Octava Sala de la Corte de Apelaciones no puede ser revisado mediante apelación.
En la práctica eso significa que la Corte Suprema sólo prohíbe la venta del primer fármaco que obtuvo autorización para fines de anticoncepción de emergencia (Postinal), en tanto que el Postinor 2, del laboratorio Grünenthal, no tiene ninguna restricción, ni tampoco deberían tenerla otros productos que sean aprobados en el futuro y que contengan el mismo principio activo.
Desde septiembre, mes en que comenzó a expenderse el Postinor 2, se han vendido alrededor de dos mil cajas de medicamentos y los servicios de urgencia lo entregan a víctimas de violencia sexual, en tanto que en las farmacias se expende con receta retenida.
En la nación sudamericana cerca del 60 por ciento de los embarazos que ocurren al año, corresponde a gestaciones no deseadas. Cada año, un total aproximado de 160 mil mujeres se practican un aborto, de los cuales más de un 40 por ciento corresponde a adolescentes, lo que se traduce a que cada día más de 400 chilenas de diversas edades pasan por la traumática experiencia de un aborto ilegal y por ende de alto riesgo para su vida.
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