Inicio Asesinatos, violaciones y esterilizaciones: récord negro de Fox

Asesinatos, violaciones y esterilizaciones: récord negro de Fox

Por Miriam Ruiz

A tres años de que Vicente Fox asumió la presidencia de México, en materia de derechos humanos de las mujeres se mantiene la inercia hacia la injusticia, pese a las buenas intenciones en el discurso.

En diciembre del 2000, en su segundo día como presidente, Vicente Fox firmó el acuerdo de cooperación técnica con la ONU sobre derechos humanos, acompañado de la entonces Alta Comisionada Mary Robinson y la actual subsecretaria para el tema en la cancillería Mariclaire Acosta.

La impunidad en todas las áreas, las inequidades para la población indígena y la verdad sobre la Guerra Sucia de los años 70 fueron temas que preocupaban entonces.

Para las mujeres se hablaba de la resolución y prevención de crímenes en Ciudad Juárez, las insolutas violaciones a mujeres indígenas por militares y las esterilizaciones forzadas en zonas rurales, como casos destacados por las organizaciones civiles.

FEMINICIDIO

Desde los primeros días de diciembre de 2000, cuando Fox tomó posesión hasta el pasado mes de febrero, según la sistematización de la Campaña Alto a la Impunidad: Ni una muerta Más, en Ciudad Juárez se han hallado 32 cadáveres y osamentas que pueden identificarse entre los asesinatos seriales.

La asociación Por Nuestras Hijas de Regreso a Casa envió una primera carta al presidente Fox el 8 de marzo del 2001 con cinco mil firmas, pidiendo su intervención directa.

Dos años más tarde, seis mil peticiones le llegaron este pasado mes de julio para solicitarle que visite la ciudad fronteriza, a donde se ha negado ir «por carecer de invitación y en respeto al federalismo», misma razón por la que ha rechazado tomar cartas para generar una atracción federal amplia.

Queda por ver si darán de resultado las mesas interinstitucionales, comisiones legislativas y la presencia de la Procuraduría General de la República en la ciudad fronteriza para atrapar a los culpables y prevenir más violencia.

Por lo pronto, grupos de familiares y activistas en Ciudad Juárez también han denunciado ante la CIDH ser objeto de persecución sin que el gobierno mexicano actúe enérgicamente para su protección.

Amnistía Internacional ha pedido velar por la integridad de Eva León, madre de una de las jóvenes desaparecidas en la ciudad maquiladora y que fue agredida por tres hombres el 30 de abril pasado.

Igualmente para Marisela Ortiz, fundadora de Por Nuestras Hijas de Regreso a Casa, cuyos encuentros frontales con Jesús José Silva, procurador de Justicia en Chihuahua, le han traído una demanda por «enriquecimiento ilícito», de acuerdo con las organizaciones civiles locales.

VIOLACIONES

Las violaciones a tres hermanas indígenas tzeltales, caso por el que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) emitió una recomendación al gobierno mexicano, aún no están resueltas y a la lista se sumaron en este sexenio por lo menos dos más.

Un informe anual del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Prodh) da cuenta de al menos 52 mujeres indígenas violadas por militares durante el año pasado en los estados de Guerrero y Veracruz.

El informe «La represión en México 2002» señala que las prácticas tradicionales de represión directa o indirecta subsisten en el país, pese a que el presidente Fox sostiene que los derechos humanos son para él una política de Estado.

«El ejército mexicano y las diversas corporaciones policíacas son responsables de continuas violaciones de los derechos humanos», señala el Prodh al describir las violaciones tumultuarias a las indígenas Valentina Rosendo e Inés Fernández, aún impunes, que se dieron en el marco de la contrainsurgencia en Guerrero.

También se refiere a 50 denuncias por violaciones a mujeres indígenas realizadas por militares, ocurridas en la sierra de Zongolica, Veracruz. Ningún caso se ha resuelto. Todos siguen en el criticado fuero militar.

En los primeros días de enero de 2003, la Comisión Nacional de Derechos Humanos hizo una recomendación al secretario de Salud Julio Frenk para acabar con las esterilizaciones forzadas de mujeres indígenas de Oaxaca, Guerrero y Veracruz.

Julio Frenk aceptó que bastaría un caso para actuar con celeridad y el presidente Fox en julio del 2002 se había comprometido también a erradicar una práctica que las organizaciones indígenas califican como exterminio.

No obstante, las trabajadoras sanitarias en esas zonas indígenas aún son presionadas para obligar a sus pacientes indígenas a estas esterilizaciones, de acuerdo con testimonios recabados por CIMAC.

2003/MRM/RGR

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