Las áreas desoladas donde operan las maquilas, los horarios en los que trabajan y las precarias condiciones de salud, son algunas características que hacen que la integridad y los derechos de las empleadas sean violados, sin que el estado tenga una política dirigida a erradicar el problema, declaró Rosa Escobar, representante de la Asociación de Mujeres en Solidaridad (AMES).
La sociedad tiene la idea de que las fábricas de textiles son empresas que emplean mujeres, especialmente; sin embargo, son fuente de trabajo donde llega población de escasos recursos, ya que sus técnicas de contratación no son complejas, ni requieren mucha papelería, experiencia y estudios, aseguró la lidereza.
La necesidad de sobre vivencia hace que las mujeres trabajen en esos lugares, debido a que el gobierno no pone énfasis en la erradicación de la pobreza que sufre la población, principalmente la que habita los asentamientos y las áreas rurales, dijo.
En opinión de Escobar, la mayoría de trabajadoras de maquila no han recibido educación escolar, lo que les impide conocer sus derechos y exigir mejores condiciones laborales y de salud.
En cuánto al problema del feminicidio, la especialista en género destacó que los lugares desolados donde funcionan las textileras y el tramo que deben caminar para abordar el autobús, ponen en riesgo la vida de las mujeres, muchas de las cuales han sido violadas y asesinadas.
Resaltó la falta de investigación de las entidades de justicia y de gobierno, y recordó que ante las deficientes condiciones laborales de las trabajadoras, se podrían impulsar políticas específicas que erradiquen la violencia.
El libro Propuesta Regional ante la Negociación de un Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Estados Unidos y Centroamérica, elaborado por la Iniciativa Mesoamericana de Comercio, Integración y Desarrollo Sostenible, estimó que en Guatemala un 80 por ciento de la mano de obra maquiladora es femenina; padecen en un 100 por ciento de discriminación salarial, falta de prestaciones laborales y acoso sexual.
El fin de semana los medios de comunicación reportaron que una mujer de 22 años y otra joven de 16, ambas trabajadoras de la maquila Bertit, de Amatitlán, fueron torturadas y asesinadas con arma blanca en Palín, Escuintla.
2004/GV/SM