Las mujeres de Estados Unidos tienen una limitada presencia en el Congreso de ese país, sólo 14 de los 100 escaños del Senado estadounidense son ocupados por ellas y en algunos casos no llegaron ahí por votación, sino por designación de algún familiar.
El reinicio esta semana de las actividades legislativas del Congreso estadounidense trajo consigo la elección de una mujer, Nancy Pelosi, de 61 años, como líder de la minoría demócrata en la cámara alta, y el ingreso de Lisa Murkowski, quien sin embargo no participó en los comicios de finales del año pasado. Para llegar ahí fue designada por su padre.
El sistema político estadounidense permitió al ahora ex senador Frank Murkowsky «heredar» su escaño en el senado a su hija Lisa luego de ser electo como gobernador de Alaska, lo que llevó el numero de mujeres con asientos en la cámara alta a un «numero sin precedentes». Sólo 14 de 100.
Y aunque para algunos la cifra es histórica, lo cierto es que la presencia de las mujeres en la política de Estados Unidos es aún muy limitada.
En las elecciones intermedias del año pasado, sólo 11 mujeres compitieron por ocupar un escaño en el Senado, 10 pelearon por una gubernatura, de las que sólo cuatro ganaron, para ubicar en seis el número total de gobernadoras estatales, cuatro demócratas y dos republicanas, de los 50 estados que integran la Federación.
En la Cámara de Representantes (diputados), la situación no es mejor para las mujeres. De los 435 escaños que tiene, sólo 59 serán ocupados por mujeres, pese a que 124 contendieron en los comicios de noviembre pasado.
Según cifras de la Unión Interparlamentaria (UIP), integrada por legisladores de 142 países, las mujeres legisladoras representan sólo 14.3 por ciento en los parlamentos del mundo y el punto más bajo de representación ocurrió en 1995, cuando solamente había 11 mujeres en cada 100 curules del planeta.
El año pasado Europa del Este dio un gran salto en tres países: Bulgaria aumentó en 15 puntos porcentuales su representación, Polonia 7.2 puntos y Moldavia cinco puntos.
En América, el promedio de representación femenina en las cámaras oscila entre 13 y 15.9 por ciento.
México se sumó a la lista de 34 naciones que establecen medidas legislativas para promover un mayor número de escaños para la población femenina, al consignar en su ley electoral una representación de candidaturas titulares no mayor de 70 por ciento de cada sexo.
Las investigaciones de la UIP asientan que de las 500 curules que hay en la Cámara de Diputados federal mexicana, 80 están ocupadas por mujeres; es decir, 16 por ciento. En tanto, de las 128 integrantes del Senado, 15.6 por ciento son mujeres. Por ello México ocupa el lugar 35 de la lista mundial.
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