La participación de las mexicanas en el trabajo asalariado ha sido uno de los indicadores del desarrollo de las mujeres en América Latina, señala el texto Derechos Humanos de las Mujeres en México, coordinado por la historiadora Patricia Galeana, presidenta fundadora de la Federación Mexicana de Universitarias, AC.
De igual forma, el documento indica que los aumentos más significativos de la tasa de participación de mujeres en el ámbito laboral se ha dado entre mujeres casadas y en edad reproductiva, de 25 a 44 años, y que cada vez aumenta más la proporción de mujeres que no se retira del mercado de trabajo cuando tiene hijos.
El texto deja entrever que a pesar de su paulatino ingreso al trabajo remunerado, las mujeres perciben ingresos acentuadamente inferiores a los hombres en todos los segmentos del mercado laboral, especialmente en el sector informal.
Las principales ocupaciones de las mujeres en México son las de oficinistas, trabajadoras domésticas, vendedoras, empleadas de comercios y comerciantes propietarias en pequeña escala.
Tales datos son más significativos en términos de la desigualdad de género si tomamos en cuenta que las mujeres estudian más. En promedio, las mujeres se preparan durante 11 años, mientras que los hombres lo hacen durante 7.5 años, señala el texto editado por la Universidad Nacional Autónoma de México.
Asimismo, muestra que existe una relación directa entre el nivel de escolaridad y los ingresos de las y los trabajadores; sin embargo, una mayor escolaridad no garantiza a las mujeres que sus ingresos promedio se acerquen más a los de los hombres.
El grado de informalidad del empleo ha aumentado en las últimas décadas tanto para hombres como para mujeres, aunque en ese sector aumento más la ocupación femenina; la relación es de 48 por ciento para hombres y 52 por ciento para mujeres, documenta el texto.
Por su parte, Jennifer Cooper Tory, de la División de Posgrado de la Facultad de Economía de la UNAM, señaló que, mientras siga la subordinación social femenina, el capital la aprovechará en beneficio propio.
La debilidad y la discriminación de las mujeres en el mercado de trabajo son resultado de la continua interacción de dos sistemas: el capitalismo y el mercado libre, indicó. También puntualizó que actualmente los jóvenes están en favor de que las mujeres trabajen fuera de la casa, lo que reconocen como un derecho.
«Debemos restablecer los derechos laborales básicos y las políticas gubernamentales deben estar enfocadas a la creación de empleos», aclaró.
Finalmente, dijo que los patrones están atacando las prestaciones para las madres. «Las mujeres tenemos derecho de estar en el mercado de trabajo que los hombres», sostiene el texto escrito para el seminario Mujeres Trabajadoras Frente al Nuevo Milenio.
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