Inicio Chile rompe mitos dos mujeres en inédita carrera presidencial

Chile rompe mitos dos mujeres en inédita carrera presidencial

Por Ignacio Badal

El debate televisado de dos mujeres que buscan la presidencia de Chile es una muestra de la renovación de la una sociedad que históricamente se ha autodenominado conservadora y una inédita carrera por la presidencia.

Nunca antes dos mujeres compitieron con reales posibilidades de llegar a la presidencia de Chile, menos aún siendo ambas del mismo pacto de centroizquierda, la Concertación, que ha gobernado el país desde 1990. Y con el aderezo de que quien lleva la delantera es socialista, divorciada, hija de militar y ex presa política.

«No he votado normalmente por la Concertación, pero quiero darle mi voto a la Michelle Bachelet. Me gusta, la encuentro sincera, la encuentro capaz», dijo Ruth Jerez, de 70 años, tras participar en una junta de accionistas de una empresa privada, tradicionalmente bastiones de conservadurismo.

Según las encuestas, tres de las cuales se revelaron el miércoles en la noche tras el debate, el liderazgo para enfrentar en los comicios presidenciales de diciembre al candidato de la derecha opositora, Joaquín Lavín, lo tiene hasta ahora Michelle Bachelet. Médica pediatra, de 53 años, que fue ministra de Salud y Defensa en el actual gobierno de Ricardo Lagos.

Su oponente, la abogada Soledad Alvear, de 54 años, quien fue canciller de Lagos, es precisamente una figura que encarna la tradición chilena: católica, de clase media, con 32 años de matrimonio y tres hijos del mismo padre.

Bachelet, en cambio, es la jefa proveedora de su hogar, como es el caso de más de la mitad de las familias chilenas y tiene tres hijos de dos uniones.

Ambas miden actualmente fuerzas para transformarse en la candidata única del pacto oficialista, contienda que se definirá el 31 de julio en una elección primaria.

En común, poseen el ser mujeres, su extracción de clase media, su educación pública y su destacada presencia en altos cargos de renombre en la última década.

«Esto constituye parte de un cambio cultural, no sé si de toda la sociedad chilena, pero al menos de parte de ella, que entiende que las mujeres están completamente capacitadas para ser líderes en el espacio público», dijo la directora del Centro de Estudios de Género de la Universidad de Chile, Sonia Montesinos.

La primera vez que una mujer postuló a la primera magistratura de Chile fue en 1999, cuando dos dirigentes de izquierda lograron menos de diez por ciento de los votos.

UNA MADRE PARA CHILE

La veloz escalada en las encuestas de Bachelet y Alvear, que en menos de dos años rebasaron a Lavín como el favorito para la presidencia, revelan que la mayoría de los chilenos quiere un cambio de orientación en el mando del país.

Si después de una dictadura de 17 años bajo Augusto Pinochet, la presidencia estuvo en manos de un abuelo comprensivo y cuya frase emblemática fue «avanzar en la medida de lo posible» como Patricio Aylwin, tras un presidente enérgico y altivo como Lagos, Chile parece haberse volcado, según analistas, a añorar una imagen maternal, inclusiva y acogedora.

Ambas la personifican, pero, para los expertos, es más cercana a Bachelet que a Alvear. De hecho, su propio partido político lanzó su precampaña presidencial bajo el lema: «Michelle, una madre para Chile».

«Ella (Bachelet) ha generado un terremoto grado diez en lo que es el modelo tradicional de generación de poder en este país que es masculino», dijo Clarisa Hardy, directora del centro de estudios oficialista Chile XXI.

Alvear ha intentado amagar esta ventaja, quizás emocional, apelando también al corazón de sus votantes, mencionando sus dramas familiares y los obstáculos que ha debido saltar para surgir en antiguos barrios de machos, como su propio partido, la Democracia Cristiana (DC).

Incluso ha desmentido a aquellos críticos que la ven como una política más seria, tradicional y esquemática y, por tanto, más masculinizada que Bachelet, que no tiene reparos en reírse en situaciones incómodas y hacer chistes de ello.

«No tiene el carisma de Bachelet, pero no hay que olvidar que es una maratonista. Está acostumbrada a carreras largas y a enfrentarlas con tenacidad», dijo el sociólogo Eugenio Tironi, asesor de la postulante DC.

ENTRE ELLAS NO HAY CORNADAS

Pese a sus diferencias de historia y de estilo, los primeros lances de campaña entre Bachelet y Alvear han sido de guante blanco, sin enfatizar diferencias, lo que las ha mostrado como unas pacíficas herederas de la alta popularidad de Lagos, que en su último año de mandato tiene una aprobación de más de 60 por ciento.

Los matices han aparecido puntuales e, incluso, quien podría ser vista como la más «liberal» no revuelve el escenario con temas espinosos.

«No estoy de acuerdo con el matrimonio entre homosexuales (…) Distinto es (…) hacerse cargo de una realidad de relaciones homosexuales en la cual las personas puedan resolver problemas de su cotidianidad como su patrimonio común, de salud, de herencia», dijo Bachelet en el foro del miércoles.

En todo caso, los grupos gay se sienten identificados con esta nueva fuerza política femenina, que vinculan a un Chile distinto, que camina hacia el fin de atávicos prejuicios.

«Que una mujer sea presidenta va a ser un salto cualitativo en pro de que se terminen las inhabilidades por género. Eso da pie a discutir de manera honesta, transversal y transparente los vetos, los prejuicios y los mitos respecto de otros grupos de la sociedad chilena, entre ellos los homosexuales», dijo Rolando Jiménez, presidente del Movimiento de Liberación Homosexual.

El lema de Alvear es «desarrollo con valores», una diplomática manera de volcarse hacia el centro político que se distancia de posturas más liberales, que hablan más de pobreza que de desarrollo y de libertad en vez de «lo valórico», asociado a la agenda del catolicismo, la religión mayoritaria del país.

Pero cuando se trata de defender su opción desde el género, también saca partido de ello. Cuando una periodista le consultó por la ausencia de su marido en el foro televisado, la ex canciller mostró sus garras intentando romper la consabida imagen de discriminación femenina de los chilenos.

«Me parece algo un poco machista (su pregunta). Yo no sé si hubiese un candidato hombre aquí parado, se le hubiese preguntado por qué no está presente su señora?», dijo Alvear.

2005/GD-IB/SJ

Este Web utiliza cookies propias y de terceros para ofrecerle una mejor experiencia y servicio. Al navegar o utilizar nuestros servicios el usuario acepta el uso que hacemos de las cookies. Sin embargo, el usuario tiene la opción de impedir la generación de cookies y la eliminación de las mismas mediante la selección de la correspondiente opción en su Navegador. En caso de bloquear el uso de cookies en su navegador es posible que algunos servicios o funcionalidades de la página Web no estén disponibles. Acepto Leer más

-
00:00
00:00
Update Required Flash plugin
-
00:00
00:00
Ir al contenido