La violencia sexual por parte de elementos armados –que incluyen militares y otras fuerzas del gobierno sudanés- continúan afectando a la población de Darfur sin que las autoridades sean capaces o tengan la voluntad de detenerlas, denunció hoy un informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
«Muchas mujeres no reportan los incidentes por miedo a sufrir represalias y por desilusión de que los casos reportados no hayan servido para frenar esta violencia», señaló el documento, elaborado por iniciativa de la Alta Comisaría de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
En este sentido, el estudio recordó que el gobierno de Sudán se comprometió –en un comunicado conjunto con el secretario general de la ONU, Kofi Annan- a investigar y castigar la violencia sexual en Darfur.
No obstante, algunas estaciones de policía se rehúsan a registrar e investigar las quejas de violencia sexual. Y cuando los casos se registran, los policías no realizan pesquisas amplias, además de que en muchas ocasiones intimidan a las víctimas y a los testigos para que retiren las acusaciones.
El informe enlista casos específicos y detalla los obstáculos que encuentran los denunciantes, además de dar parte de casos de arresto, intimidación o acoso a los defensores de los derechos humanos y a los trabajadores de salud.
El conflicto en Darfur ha costado la vida de 180 mil personas, además de haber ocasionado el desplazamiento de dos millones, generando una de las peores crisis humanitarias de la actualidad.
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