Indígenas mexicanas denunciaron ante la ONU los graves rezagos que viven todos los días, especialmente en el renglón de salud reproductiva y educación, además de la violencia que sufren a manos de sus familias, instituciones y fuerzas armadas.
De igual forma convocaron a un diálogo entre pueblos indígenas y a la reconstrucción interna de sus culturas. Ello, en el marco del Tercer Foro Permanente Indígena de la ONU que se realiza en Nueva York y que concluye el próximo 21 de mayo.
Al hacer eco de las voces de representantes de casi 200 millones de mujeres indígenas reunidas desde el lunes pasado en la ciudad neoyorquina, las mexicanas pidieron cambiar las costumbres que violentan la dignidad femenina y se mantengan los sistemas tradicionales de justicia, en tanto respeten los tratados internacionales.
Zoila Reyes, funcionaria mixteca de Tlaxiaco, Oaxaca, anunció –via telefónica– la participación de la delegación conformada por cuatro indígenas mexicanas. Dijo que presentará en el foro su propio caso de secuestro en manos de grupos presuntamente paramilitares.
México se unió a la postura presentada por las mujeres indígenas de las Américas –que resolvieron el pasado 7 de abril en Lima, Perú–, pedir a los gobiernos «priorizar el gasto en temas de salud, por encima de los gastos militares».
También que las indígenas tengan acceso a la información sobre los presupuestos públicos, mayor acceso al crédito al financiamiento y la propiedad individual o colectiva de la tierra.
DOCUMENTO PREVIO
Previo al encuentro de la ONU, indígenas de todo el país consensaron las principales violaciones de que son objeto, entre ellas las violaciones de derechos humanos y sexuales, torturas, desapariciones y amenazas, especialmente en los estados de Guerrero, Oaxaca y Chiapas, tres de los estados con mayor población.
Estas situaciones de vulnerabilidad se deben a la violencia ejercida por caciques, grupos policiales y militares, por lo que acordaron exigir al Estado mexicano justicia inmediata y reparación de daños, así como un fondo económico para sufragar gastos jurídicos y psicológicos, además de castigo a los militares.
La violencia hacia las mujeres indígenas, calculadas en siete millones en el territorio nacional, también proviene de los maridos y familiares de manera que «hunde sus raíces en el machismo», aseguran las indígenas del país.
2004/MR/GV
