María Hernández Gómez, la niña de 13 años que fue detenida en San Cristóbal de Las Casas y consignada al Centro de Readaptación de Menores por «abandonar a su hija recién nacida muerta», escapó de las oficinas de la Procuraduría de la Defensa del Menor, en la capital chiapaneca y se desconoce su paradero.
Así lo confirmó a Cimacnoticias la jefa del Departamento de Atención al Menor, de la Procuraduría del Menor, dependencia del Instituto de Desarrollo Humano estatal, Ivonne Rodríguez Gamboa, entrevistada vía telefónica.
La funcionaria confirmó que la jovencita se encuentra extraviada en esta ciudad capital desde el pasado jueves 22, sin dinero, sin conocer la ciudad, habla poco castellano y está débil de salud.
Rodríguez Gamboa relató a este medio que el pasado16 de mayo el Segundo Consejero del Consejo de menores, Jorge Aguilar, apeló porque se le concediera a María Hernández Gómez el acceso a un albergue para menores debido a que su perfil dictaba que era una persona abandonada.
Ante ello, la Procuraduría de la Defensa del Menor trasladó a la niña de la Unidad de Diagnóstico y Tratamiento de Menores Infractores, mejor conocido como Villa Crisol, donde se encontraba desde el pasado 13 de mayo, a las oficinas de la Procuraduría del Menor, pero mientras realizaban las gestiones María escapó del edificio.
La abogada relató que la menor desayunó en su oficina, luego pidió ir al baño pero al tardar demasiado la abogada salió a buscarla y ya no se encontraba, «pregunté con los que se encontraban alrededor pero nadie dijo verla».
Al cuestionarle sobre el estado de salud de María, Rodríguez Gamboa explica que a simple vista la chica estaba sumamente pálida «casi transparente», pero además presentaba una infección vaginal según lo diagnosticaron los médicos de la Procuraduría y estaba bajo un tratamiento vitamínico desde que se encontraba en Villa Crisol.
Ante la huida de María, la Procuraduría del Menor emitió una solicitud el pasado viernes al subdirector de Justicia indígena, José Cortésm de la Subprocuraduría Indígena en San Cristóbal de Las Casas, para enviar integrantes de la Agencia Estatal de Investigación (AEI) al domicilio de María, ubicado en la Avenida Francia número 11, Fraccionamiento la Florida, ya que suponen, la joven regresará a su casa.
La abogada aclaró que no llevarán a cabo una campaña de búsqueda a través de los medios de comunicación o de carteles debido a que no cuentan con ninguna fotografía de María y además considera que ella regresará a su casa en San Cristóbal.
Dijo también que María no deseaba ser trasladada al albergue, «sólo decía que quería regresar a su cuarto, a pesar de que yo le expliqué cómo sería el albergue, pero no sé si me entendió porque casi no entendía español».
COMO ES MARIA
María Hernández Gómez es una joven tzotzil, «muy delgada», de 1.50 metros de estatura, morena clara, facciones finas, el cabello largo amarrado y ojos tristes. Viste una blusa rosa y falda blanca.
Durante su permanencia en Villa Crisol su conducta fue tranquila, es una joven que casi no habla y cuando lo hace es de manera suave, describe la abogada quien fue la última autoridad que la vio en esta ciudad.
La joven dijo tener una tía, pero no dio mayor seña para su ubicación. De su duro pasado se sabe que María fue víctima de una violación tumultuaria por parte de tres bándalos de su colonia, y ella no presentó ninguna denuncia. Durante su parto nadie la asistió.
María había sido liberada bajo libertad condicionada; en este caso la condición era permanecer en el Albergue Odres Nuevos, ubicado en Tuxtla Gutiérrez y firmar cada semana. No cuenta con acta de nacimiento. Todos estos datos fueron informados por la abogada Rodríguez Gamboa.
Por su lado, el abogado de oficio que asistió a María durante su estancia en Villa Crisol, Juan Carlos Martínez, dijo entrevistado en ese lugar que a la joven indígena le fue detectada anemia y cuando ingresó a ese centro presentaba temperatura alta, lo que se le conoce como fiebre puerperal. Dijo también que el Centro penitenciario la sometió a un tratamiento, mismo que dejó inconcluso ante su huida.
INTERVIENE EL INSTITUTO DE LA MUJER Y LA CEDH
Mientras tanto el Instituto de la mujer (IDM), organismo descentralizado de gobierno del estado, y la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), empezaron a investigar el caso a raíz de su publicación en un diario local.
En ausencia de la directora general del IDM, la asesora de la dirección general, Juana Olivia Hernández Pérez, dijo entrevistada por este medio que lo ocurrido a María «es una situación grave, que nos preocupa porque se le violaron sus derechos fundamentales al haberla recluido sin conocer su contexto ni los términos del parto».
Hernández Pérez apuntó que el Instituto estará al tanto de lo que suceda con el caso e investigarán hasta dónde se ha avanzado en el plano jurídico pues se desconoce si en su proceso indagatorio consideraron la violación tumultuaria de la que María fue víctima.
A la vez aclaró que el organismo al que pertenece podría proporcionar atención sicológica a la jovencita o canalizarla a otra instancia especializada y en cuanto a apoyo legal sólo puede proporcionar acompañamiento jurídico debido a que por decreto de creación no le es posible asesorar en ese ramo.
Sin embargo aseguró que se coordinará con el Comité por una Maternidad sin Riesgos situado en San Cristóbal, el cual ya cuenta con algunos datos más exactos del tema, mismos que expondrán en un evento público que sostendrá el Comité el próximo 28.
Al Instituto le preocupa esta situación porque es muestra del grado de descomposición en el que se encuentra la sociedad, comentó finalmente la asesora.
Por su lado, el encargado del área de Divulgación y Prensa de la CEDH, José Luis Ramírez, informó a este medio entrevistado en sus oficinas que la situación de María fue retomada como un caso de oficio, es decir que fue tomado de la prensa para iniciar la investigación.
El asunto se asignó a la Visitaduría general de Programas Penitenciarios y Presuntos Desaparecidos y se levantó la queja número CEDH/0801/05/2003 a fin de investigar el proceso jurídico de la joven y finalmente emitir una medida precautoria.
2003/VVS/MEL
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