La publicación en España del libro Todas Putas, de Hernán Migoya, originó una airada protesta de mujeres organizadas, quienes exigen la dimisión de dos funcionarios por avalar un texto que hace apología de la violación y reivindica a los violadores.
La Red de Organizaciones Feministas contra la Violencia de Género de España pidió la dimisión del ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Eduardo Zaplana, y de la directora del Instituto de la Mujer de ese país, Miriam Tey, cuya editorial publicó el libro en cuestión.
La secretaria de Igualdad de la Comisión Ejecutiva Federal del opositor Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Micaela Navarro, también pidió la destitución inmediata de Tey al conocer la publicación de Todas Putas.
El Consejo de la Mujer de la Comunidad, que agrupa a 84 asociaciones de mujeres, tiene previsto reunirse este día para tomar una decisión conjunta al respecto.
Ante la ola de protestas, la directora general del Instituto de la Mujer, Miriam Tey, propietaria de El Cobre Ediciones, decidió retirar del mercado el libro, según informaron fuentes de Asuntos Sociales. El propio autor calificó su obra de «apología de la violación».
La directora del Instituto de la Mujer aseguró que vincular ese libro con el organismo que dirige es «una maniobra de confusión deliberada, que va directamente en contra de la labor que se hace a favor de las mujeres desde esa institución».
Tey, en declaraciones a Europa Press, aseguró que hacer creer que una mujer defiende, justifica o hace apología de la violación es «una locura perversa, propia de la campaña electoral».
«El libro ha sido publicado por una editorial privada, sin financiación pública. Por tanto, cualquier intento de vincular éste u otro libro con la política del Instituto de la Mujer es una maniobra de confusión deliberada», señaló.
Por su parte, el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Eduardo Zaplana, elogió ayer la decisión de la directora del Instituto de la Mujer y copropietaria de la editorial El Cobre de retirar del mercado el libro cuestionado, en el que, según los colectivos feministas, PSOE y de Izquierda Unida, se hace apología de la violación.
APOLOGIA DE LA VIOLACIÓN
Sin embargo, los grupos de mujeres que trabajan contra la violencia de género no lo entienden así, los que insisten en que tanto Tey como Zaplana deben dejar sus cargos.
Las organizaciones de mujeres denuncian que el libro cuestionado es «una publicación que en forma de ficción literaria reivindica la figura del violador, y justifica y promueve la violación, incluso cuando sus víctimas son menores».
«El libro es un ataque a los derechos humanos y la dignidad de las mujeres, resultando ser una clara apología de la violación y la violencia de género».
Los grupos agregan «Consideramos que la difusión de este libro es en sí mismo algo reprochable, pero lo es aún más cuando la responsable de su edición es la Directora del Instituto de la Mujer, Miriam Tey», afirmaron.
«Esta institución, que fue una conquista del movimiento de mujeres, en la actualidad ha perdido claramente el horizonte de sus funciones, la capacidad de liderazgo y proyección social en la lucha contra la desigualdad entre hombres y mujeres».
EL LIBRO …
El libro supone toda una apología de la violación, según el diario español La Vanguardia. «Ahora que los negros son buenos y los maricones unos seres muy simpáticos, a ver si la sociedad decide de una vez que no todos los violadores somos mala gente», dice uno de los cuentos.
Así empieza el relato El violador, primero del volumen, que supone el debut narrativo de Hernán Migoya (Ponferrada, 1971). En general, todo el libro está escrito con un marcado tono misógino y, además de este cuento, contiene otro titulado Porno del Bueno, en el que un adulto va a buscar a una niña a la escuela para después violarla.
El libro, con pie de imprenta de marzo del 2003, está publicado por El Cobre Ediciones, editorial de la que es propietaria, junto a otros socios, Miriam Tey, nombrada directora del Instituto de la Mujer el pasado 7 de marzo. Migoya reconoce a este diario: «Soy misógino y estoy orgulloso de ello. Es algo muy sano».
El escritor admite que el libro es «políticamente incorrecto» y añade que le sale «esa vena» en todas sus obras, «ya sean cuentos, cómics o cortometrajes».
Según el escritor, «el libro fue un encargo personal de Miriam Tey», que leyó en Internet el relato El violador, «le encantó» y se puso en contacto con él para decirle: «Quiero un libro entero así». «Yo ya le comenté en broma que la iban a denunciar», indica Migoya.
2003/Mhoy/MEL
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