«Yeidckol es mi nombre, es el nombre que una madre dio a su hija para protegerla de una sociedad», afirmó la ex presidenta de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) y aseguró que con ese nombre estará registrada en las próximas elecciones del Estado de México.
En conferencia de prensa para aclarar la controversia que se desató los últimos días sobre su verdadero nombre y los motivos que originaron el cambio, la abanderada por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) al estado de México, dijo que no hablaría de su relación con el apellido Ävila Camacho.
Afirmó que durante toda su vida ha soportado una pesada carga y que ha luchado para sobreponerse, «el divorcio de mis padres fue traumático» y una de las muchas diferencias entre ellos fue si mi madre pertenecía o no, a la familia Ávila Camacho.
Debido a esa diferencia, se hicieron diferentes actas de nacimiento para ella y sus hermanas, explicó.
Añadió que siendo una niña de 12 años quedó embarazada, y eso fue un hecho muy dramático «no solo para mí, sino para toda mi familia», porque «mi madre tenía miedo de que mi padre le quitara a todas y cada una de nosotras.»
El silencio de la sala de prensa fue ensordecedor cuando explicó que los casos de violencia familiar y violencia a los derechos humanos son lamentables y que existen miles de casos, «mujeres que han sido víctimas y se les estigmatiza no solo a ellas sino a sus hijos y a sus familias completas.
«El juicio de la sociedad contra nosotras llega ha ser más duro que el juicio de los tribunales, se nos condena de manera sumaria, se destruye a nuestras familias», puntualizó.
Seria y con la mirada firme recordó que tuvo que aprender a ganarse la vida, «siempre trabajé mientras estudiaba, en los últimos 20 años de mi vida he participado en organizaciones de la sociedad civil y en los organismos empresariales donde he ocupado desde los puestos más modestos hasta llegar la presidencia de la Canacintra.
Aseveró que no guarda rencores contra nadie y que siempre se ha comprometido con los demás porque cree firmemente en lo que le decía su abuela, «que aquel que no sirve para servir, no sirve para vivir y creo que tenía toda la razón».
Citlali es un nombre hermoso es un nombre náhuatl y quiere decir Estrella, todo lo mexicano mi nacionalismo y mi amor por México, «me hubiera gustado mantenerlo pero no pude hacerlo, a los 12, 14 ó 16 años, una niña por sí sola, no puede vencer la adversidad».
No obstante, «Yeidckol, es mi nombre, con este nombre quiero vivir porque para mí es un símbolo de alguien que se sobrepone a un hecho difícil y sale adelante en medio de la adversidad y sólo aquel que ha caído sabe lo que significa estar de pie».
2005/LAM/LR
