Iquitos, la capital de la provincia de Maynas en Perú se suma a la ciudades como La Habana, Bangkok y Manila donde la prostitución infantil se ha convertido para muchas jóvenes la vía de sobrevivencia.
Para el director del Instituto de Medicina Tropical de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, Eduardo Gotuzzo, entrevistado esta semana por la revista internacional Caretas, los viajeros son más propensos a tener contactos sexuales que las personas que no viajan. Y a Iquitos, el gran puerto de Perú llegan viajeros de todos tipos.
En la selva, la mujeres inician su vida sexual a los 14 años, cinco años menos que en Lima. A esto se agrega que el sexo con menores está lejos de ser socialmente condenable para los lugareños: «el mejor momento para las mujeres es entre los 13 y los 17 años. A esa edad son preciosas.
Después, como no hacen ejercicios, se desmondongan y se ponen feas». Para Luis Gonzales, director de La Restinga, ONG dedicada a recuperar de la calle a infantes en situación de riesgo, «que un hombre maduro se relacione con una menor de edad, aun con el consentimiento de la familia, es simplemente una escandalosa forma encubierta de prostitución infantil. Y punto».
«Gringueras» y «maperos»
Bulevar de Iquitos, 10:00 p.m. Gloria, una niña que declara tener 17 años pero que parece de 15, se acerca a un «afuerino» (forastero) con la intención de entablar amistad. A chicas como Gloria les llaman «gringueras».
Ellas buscan en convertirse en niñas de compañía a cambio de invitaciones, dinero o, en el mejor de los casos, salir del país casadas con un extranjero.
En los diez últimos años esta modalidad se ha generalizado y en contrapartida, las «gringueras» también son llamadas «hamburguesas», porque son «comida rápida para los gringos».
En tanto, Víctor, de 17 años, flirtea con Claudia, que en realidad se llama Jorge. Victor es un «mapero» –término que viene de mapa o heces. Al igual que las gringueras, sirven de compañía a turistas gay. Su fama en el exterior habría incrementado el turismo gay hacia Iquitos. Para el doctor Gotuzzo, esta situación convierte a Iquitos en una población con alto riesgo de adquirir enfermedades de transmisión sexual (ETS) y Sida.
De hecho, dice el especialista «turistas norteamericanos están trayendo a la selva peruana el herpes, una enfermedad muy común entre ellos. Al mismo tiempo, están llevando a su país la gonorrea, más frecuente en los selváticos y muy difícil de curar en Estados Unidos con los medicamentos convencionales».
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