Enfermos de VIH/SIDA rechazados por sus familias podrían quedar en la calle ante la crisis que afecta a un albergue temporal patrocinado por una red de grupos civiles, y en el que hasta ahora los afectados encontraron un lugar donde pasar la noche, o quizá sus últimos días.
Lucía «N», responsable del albergue temporal ubicado en la colonia Doctores, en el centro de la Ciudad de México, habló a cimacnoticias sobre la incertidumbre que enfrentan las y los enfermos y el personal de limpieza tras la renuncia de la directora, María Mata Rivalda, cuyos motivos se desconocen.
Este lugar, operado por la Red de Atención y Prevención en VIH/Sida A. C. –que agrupa a decena de organizaciones–, tiene capacidad para una veintena de mujeres y hombres, quienes son canalizados por los servicios de salud.
Muchas de estas personas son mujeres pobres con hijos, que dada su infección viven el rechazo y la discriminación no sólo de la sociedad, sino de sus propias familias y parejas.
Vienen de distintos puntos de la República Mexicana, pero todas tienen en común su pobreza, ya que muchas veces carecen del dinero suficiente para regresar a sus lugares de origen.
En este albergue, donde pueden permanecer hasta por ocho días, ellas juntos con sus hijos reciben alimentación precaria, un pequeño espacio de recreación para los menores y eso sí, un lugar seguro donde pasar la noche.
El albergue cuenta con dos grandes habitaciones con literas para aprovechar el espacio; al fondo, un área de cunas que frecuentemente son ocupadas por bebés de las madres en tránsito.
Muchas son las historias de dolor que encierra este albergue. Historias de penurias de las mujeres que han sido abandonadas a su suerte junto con sus hijos, quienes carecen de un empleo estable como consecuencia de su enfermedad.
POBREZA Y SIDA
Ellas, ausentes este día, son madres jóvenes o bien mujeres adultas que tienen en común su pobreza, vivir con SIDA y ser víctimas de la discriminación y el aislamiento.
Por aquí han pasado familias completas como es el caso de una mujer de 29 años y su pareja, junto con sus seis hijos. Todos con SIDA. Permanecieron aquí durante una semana, después no se supo más de ellos.
Dada la situación por la que atraviesa el albergue, Lucía «N», quien desde hace varios años mantiene vínculos con las organizaciones que se ocupan del SIDA, externa su incertidumbre no sólo por el futuro de este lugar, sino por el suyo.
Desde hace 12 años, Lucía «N», es una víctima más del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH). Su pareja, la contagió y falleció hace algunos años.
Lucía «N» perdió sus derechos en el Instituto Mexicano del Seguro Social, (IMSS), institución que le proporcionaba antirretrovirales para el control del virus.
Con ella vive en el albergue otra mujer y su familia, Alicia González, encargada de la limpieza del lugar. Alicia, también es una víctima de la pandemia, pues cuando su pareja se enteró que su hija de 24 años tenía SIDA, corrió a ambas de su hogar.
En la actualidad, la hija de Alicia no hace uso de las instalaciones del albergue, prefiere dormir en la calle, en las inmediaciones del Metro Hidalgo, mientras que su madre trata de sobrevivir junto con sus hijos y los de esta joven.
2003/SM/MEL
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