Cada año, 250 mil niñas y niños haitianos, son usados para trabajar en la prostitución y como sirvientes domésticos, donde muchos sufren violencia y abuso, reveló la organización civil Alianza por tus Derechos.
Haití fue el primer país en romper las cadenas de la esclavitud hace más de dos siglos, sin embargo en la actualidad unos 250 mil menores viven en condiciones de explotación al servicio de familias que los usan como esclavos.
La nación más pobre del hemisferio occidental utiliza como sirvientes a niñas y niños, entre 7 y 14 años de edad, que abandonaron el medio rural en el que vivían, para emigrar a las ciudades haitianas, en busca de una mejor vida.
Los menores de edad son subyugados en las plantaciones de caña de azúcar haitianas, o captados por las redes de prostitución de la vecina República Dominicana, donde son llevados de forma ilegal, indica la organización.
Según cifras de UNICEF, alrededor de 3 mil niñas y niños cruzan anualmente la frontera entre Haití y República Dominicana.
Y el Ministerio dominicano de Trabajo estima que entre 25 mil y 30 mil menores de edad haitianos trabajan en el sector agrícola.
Entre los factores que empujan a los haitianos a huir, por vía terrestre a República Dominicana se encuentran que el país vecino es más estable económicamente y cuenta con una alta demanda de mano de obra.
La ley haitiana prohíbe a las y los niños menores de 12 años trabajar como criados, sin embargo no se aplica, «los menores más pobres del ámbito rural ni siquiera figuran en el registro civil».
Así estas niñas y niños desarraigados se convierten rápidamente en pequeños esclavos, explica Alphonse Deo Nkunzimana, director del programa de lucha contra el tráfico de menores de la Pan American Development Foundation (PADF).
Trabajan por encima de sus posibilidades, no reciben remuneración alguna, son víctimas de abusos sexuales y de todo tipo, se les obliga a limpiar la casa, cocinar, cargar agua y buscar leña» indica Alphonse.
El 50 por ciento de la población de Haití es menor de 18 años y cuentan con una esperanza de vida que no supera los 52 años, aunado a esto, más de la mitad de los haitianos no saben leer ni escribir.
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