Mujeres indígenas de México, Guatemala, Uruguay, Salvador, Brasil, Colombia y Perú solicitarán a sus respectivos gobiernos que el mismo presupuesto que destinan contra el terrorismo y narcotráfico se utilice para el combate a la violencia contra las mujeres, porque este flagelo no puede tener acta de naturalización en ningún país de la región ni del mundo.
En el marco del Segundo Encuentro de Mujeres Rurales e Indígenas de América Latina y el Caribe, las labriegas acordaron proponer a las cerca de 250 participantes del foro de 22 naciones incluir, en la declaración final, que el próximo 25 de noviembre, Día Internacional contra la Violencia hacia la Mujer, se haga sentir con más fuerza la voz de la Red de Mujeres Rurales de América Latina y del Caribe (Redelac) a fin de que los gobiernos tomen cartas en el asunto.
«Para el gobierno es más importante el combate al terrorismo y al narcotráfico que a la violencia feminicida», opinó la chiapaneca Martha Figueroa, presidenta del Grupo de Mujeres de San Cristóbal, quien aseguró que «como mujeres de América Latina y el Caribe, solicitaremos que se acabe con la impunidad que rodea a la violencia en todas sus formas de expresión y que se ha acentuado de manera preocupante en Ciudad Juárez».
Al participar en la mesa de Violencia, la también integrante del equipo de apoyo de la delegación mexicana que participa en el encuentro destacó el compromiso de que cada nación realice una campaña, marcha o acto público político para exigir un alto a la violencia contra las mujeres e impulsar propuestas que permitan la erradicación del fenómeno.
En este contexto, la guatemalteca María Saturnina aseguró que las mujeres no pueden permitir que sigan ocurriendo crímenes de odio contra ellas. «Queremos que los gobiernos pongan un alto a la violencia contra las mujeres, contra las niñas, porque se ha hecho una costumbre que nosotras no podemos permitir».
Recordó que la violencia que viven en su país las mujeres sido permanente, porque además de la física, la psicológica y la emocional está la más cruel de todas: la extrema pobreza que lacera a millones de habitantes en su nación, y que son las comunidades indígenas las que la sufren de manera permanentemente e institucional.
En su oportunidad, la delegada brasileña, Hilda Margarida Pereira da Silva, mencionó que no puede haber desarrollo si no se considera a la mujeres en las políticas públicas «y si seguimos siendo violentadas en todos los espacios de vida».
Por ello, llamó a luchar contra cualquier tipo de violencia y a lograr que las mujeres del campo tengan, por fin, acceso a la educación, la salud, a la tierra, y a otros recursos naturales que los gobiernos están privatizando.
DIA CONTRA VIOLENCIA
El 25 de Noviembre fue declarado Día Internacional contra la Violencia hacia la Mujer en el Primer Encuentro Feminista de Latinoamérica y del Caribe celebrado en Bogotá, Colombia, en julio de 1981.
En este encuentro, las mujeres denunciaron la violencia de género en el ámbito doméstico, la violación y el acoso sexual en los estados, incluyendo la tortura y los abusos sufridos por prisioneras políticas.
Se eligió esa fecha para recordar el violento asesinato de las hermanas Mirabal (Patria, Minerva y María Teresa), tres activistas políticas asesinadas en 1960 por la policía secreta del dictador Rafael Trujillo, en la República Dominicana.
Sus cadáveres destrozados aparecieron en el fondo de un precipio. Para el movimiento popular y feminista de República Dominicana, históricamente estas mujeres han simbolizado la lucha y la resistencia. El año pasado, en 1999, la ONU dio carácter oficial a esta fecha
Las mujeres campesinas e indígenas reunidas en el centro vacacional La Trinidad, ubicado a 250 kilómetros de la capital del país, consideraron un hecho histórico haber logrado que más de 100 organizaciones de mujeres rurales de 22 países, con todas sus dificultades personales, económicas y de lenguaje, entre otras, llegaran al encuentro que concluye este día después de nueve años de haberse realizado el primero en Brasil.
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