Los familiares de las víctimas de la masacre de la Aldea Dos Erres, donde murieron oficialmente 300 personas, recibieron en un acto simbólico el pago total de la indemnizaciones por parte del gobierno guatemalteco en respuesta a la recomendación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
El homenaje a quienes murieron el 6 de diciembre de 1982, en uno de los periodos más sangrientos de la guerra civil en Guatemala, se realizó en el Palacio Nacional frente al presidente Alfonso Portillo durante el 53 Aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Lo anterior, en respuesta a un acuerdo en el que participaron la Asociación de Familiares y Detenidos de Guatemala (Famdegua) y el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (Cejil), representantes legales de las víctimas y sus allegados.
Sin embargo, este proceso de reparación se refiere al daño moral que sufrieron los familiares de las víctimas, pero todavía falta que se identifique y sancione a los autores materiales del hecho, indicó Cejil en un comunicado.
En el evento, la directora de Cejil, Viviana Krsticevic, fue enfática al destacar que «con este tipo de acciones el gobierno guatemalteco reconoce internacionalmente la responsabilidad institucional del Estado después de este negro capítulo de su historia».
En ese sentido recalcó que «no hay que olvidar que las víctimas y sus familiares han sufrido muchos años de intolerancia, y con esta reparación integral se podrá honrar la memoria de las víctimas y de alguna manera reconfortar a sus familiares para romper con ese circulo vicioso de impunidad».
Cejil y Famdegua reconocen como puntos pendientes el tratamiento psicológico y físico para las víctimas sobrevivientes y sus familiares, la difusión de un video que da cuenta de la masacre y la búsqueda de la justicia a través de la sanción a los responsables, entre otros.
Aunque las exhumaciones realizadas entre 1994 y 1995 por el Equipo Argentino de Antropología Forense encontró los restos de 300 personas, los habitantes de esta comunidad en el Petén, refieren la muerte de cerca de 500 mujeres, hombres y niños a manos del Ejército de Guatemala.
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