Los fibromas uterinos son un enemigo casi silencioso para por lo menos una de cinco mexicanas en edad reproductiva que los padecen y constituyen un riesgo para la salud materna, de acuerdo con la Secretaría de Salud (SS).
Aunque los fibromas o leiomiomas son mortales sólo en 0.05 por ciento de los casos, suelen producir infertilidad, aborto o parto prematuro, de acuerdo con especialistas del Hospital Juárez de México.
Sin embargo, la instancia reconoce que en diversos grados, hasta la mitad de las mexicanas en edad reproductiva podrían presentar los también llamados quistes uterinos, considerados un problema mundial de salud pública.
La miomatisis del embarazo contribuye a la amenaza de aborto y el aborto mismo en semanas de mayor gestación, el parto prematuro, el desprendimiento placentario, en muy pocos casos con malformación del feto por opresión que impide el desarrollo normal del producto, aseguraron Roberto Risco Cortés y Víctor Pulido Olivares, especialistas del Hospital Juárez de México.
La mayoría de estos tumores son benignos y generalmente se desarrollan en la musculatura lisa del útero, en forma de cicatriz de diversos tamaños, y aunque se desconoce qué los causa, se cree que están relacionados con un factor hereditario.
Los doctores Risco Cortés y Pulido Olivares, explicaron que la mayoría de los miomas son asintomáticos, que se presentan en una célula del músculo liso del endometrio (o músculo uterino) crecen y dan lugar a una tumoración, que está relacionada con el estado hormonal de la mujer.
Algunas de las manifestaciones son dismenorrea –menstruación dolorosa—periodos irregulares, abundantes, o de más de siete días o acompañados de coágulos. En otros casos puede ser un cuadro de abdomen agudo y, si son muy grandes, al comprimir la vejiga pueden producir un deseo constante e ineficaz de orinar o defecar.
En casos extremos, la compresión pueden afectar el drenado de los riñones a la vejiga provocando complicaciones muy serias.
Entre otras afecciones por las que acuden al médico las pacientes son hemorragia uterina, sensación de peso en la parte baja del abdomen, dolor pélvico que se provoca durante la menstruación o fuera del periodo y por problemas de esterilidad.
Los especialistas destacaron que existe una evolución en los tratamientos como la laparoscopia e histeroscopia, que son avances tecnológicos para la llamada cirugía de mínima invasión, por la que se retira la mayoría de los miomas para inhibir su crecimiento y tamaño.
El último recurso es la histerectomía o extirpación del útero, un procedimiento seguro aunque impide la posibilidad de engendrar y genera desbalances hormonales, aseguraron ambos médicos.
Como en México todavía no es posible erradicar la idea de que una mujer sin útero es una mujer vacía; la SS ofrece un programa de apoyo en el Hospital General.
2004/MR/LR/SM