Mientras que todos los titulares se enfocan a lo que ocurre en Medio Oriente, la trágica realidad en otras 10 crisis humanitarias, principalmente en Africa, están olvidadas, denunció en un nuevo informe la organización humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF).
En Africa, cada 30 segundos muere un niño o niña debido a la malaria, lo que suma casi tres mil menores en un solo día, refiere el informe Las 10 Crisis Internacionales más Olvidadas durante el Año 2003, donde se explica que las resistencias a los medicamentos hacen que la cloroquina sea casi inútil y la sulfadoxina-pyrimethamina sea menos efectiva.
MSF considera una crisis humanitaria también la amenaza al acceso a medicamentos indispensables para el combate de enfermedades que cobran millones de vidas al año como el Sida o el cáncer, debido a las restricciones para que los países fabriquen sus propios medicamentos.
Pese a los acuerdos tomados por los países de la Organización Mundial de Comercio para permitir la salvaguarda en cada país para proteger la salud pública y promover el acceso universal a medicamentos, recordó MSF al criticar el inminente Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA) y otros cinco tratados donde Estados Unidos está involucrado.
En Chad, uno de los países con mayor analfabetismo, marginación y pobreza en el mundo, desde hace por lo menos dos años llegan continuamente personas refugiadas, mayoritariamente mujeres, de los conflictos en las vecinas República Centroafricana (RCA) y Sudán.
Tan solo entre enero y marzo del 2003 llegaron al sur de Chad, 40 mil personas huyendo del nuevo golpe de estado de la RCA, documentó MSF.
Bastaron 15 meses de guerra civil en el africano Costa de Marfil para colapsar todo el sistema de salud, de acuerdo con el informe. «Los trabajadores de la salud huyeron y las estructuras médicas en las zonas controladas por los rebeldes sufrieron saqueos y quedaron sin suministros en un momento en el que los heridos de guerra aumentaron de manera dramática.»
Mientras que en Somalia, a 12 años del peor momento de la guerra civil, la mitad de las 800 mil personas que tuvieron que huir de 2001 a 2002, permanecen como refugiados.
Waris Diries, supermodelo de origen somalí y embajadora de buena voluntad de la ONU, ratifica la persistente violencia que impide el arribo de ayuda humanitaria a la nación africana en su libro autobiográfico Flores en el Desierto.
Y en China persiste la persecución de refugiados norcoreanos, tal y como lo señaló también la organización MSF en su reporte anterior sobre 2002.
Las mujeres sufren cargas mayores cuando faltan medicinas y personal médico. Se encargan de cuidar a sus familias enfermas además de estar afectadas por infecciones de todo tipo, entre ellas vaginales, sida, diarrea, quemaduras y heridas que se gangrenan, de acuerdo con el exhaustivo estudio del Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM) sobre los conflictos armados en el planeta.
Miles de ellas mueren al dar a luz tras quedar embarazadas luego de ser violadas, padecen hambre, falta de servicios sanitarios, médicos o medicinas, reitera el estudio de Elizabeth Rehn y Ellen Jonson, Mujeres, Guerra, Paz.
En 2001, alrededor de 42 mil mujeres murieron al dar a luz en la República Democrática del Congo. Una de cada 50 mujeres muere en Angola durante el alumbramiento. Afganistán tiene el índice de mortalidad materna más alto del mundo, luego de casi 30 años de guerra civil.
Las refugiadas y desplazadas carecen de acceso a métodos anticonceptivos, por lo que suelen quedar embarazadas, contraen enfermedades de transmisión sexual, y tampoco tienen forma de obtener productos sanitarios para la menstruación, fácilmente asequibles en otros países.
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