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Libre regidor perredista acusado de rapto

Por Gabriela Coutiño

A casi dos años del rapto de Marisol Espinosa Tobilla, joven de 18 años de edad, el regidor Raymundo Navarro, acusado de secuestro, no sólo ha escapado a la acción de la justicia sino que ahora amenaza a la familia de la menor quienes exigen para él todo el peso de la ley.

A principios de septiembre de 2002, cuando Marisol Espinosa apenas tenía 16 años de edad salió a trabajar al Ayuntamiento de Teopisca, en poder del Partido de la Revolución Democrática (PRD), pero ya no volvió a su casa.

Desde que comenzó a laborar en esta instancia, la menor fue acosada por el funcionario. «Desde que entré a trabajar en el mes de marzo el regidor me insinuaba cosas. Yo no le daba por su lado porque sé que es casado y que está viviendo bien con su esposa. El insistía que el tiempo iba a decirlo todo. Sus invitaciones para salir con él eran cada vez más constantes», relató Marisol.

En marzo de 2002, Marisol fue comisionada a la oficina de recepción del alcalde Eduardo Díaz Cantoral. Como el trabajo era más arduo, creyó conveniente pedir aumento de sueldo, pero le respondieron que no se lo darían, «porque no tenía estudios».

Sin embargo, Navarro le prometió que le aumentaría su sueldo, pero «siempre y cuando tuviera algo con él y dejara mi novio». A partir de ahí, el perredista agudizó el acoso sexual contra de la joven.

CON BASE EN ENGAÑOS

En agosto de 2002, en la localidad de Teopisca, a poco más de 90 kilómetros de la capital Tuxtla Gutiérrez, durante la festividad de San Agustín, un contador del ayuntamiento le entregó a Marisol mil pesos, «por órdenes del regidor». Sorprendida la joven recibió el dinero. «Yo no sé por qué me los dio. Tal vez porque quería algo conmigo».

Cuando Marisol se presentó a su jornada de trabajo habitual en la mañana del 4 de septiembre, el regidor Navarro le dijo que tenía que ir con él a San Cristóbal para tratar asuntos relacionados con la alcaldía, a lo que ella argumentó que no podía ir sin avisar a sus padres.

El regidor le respondió a Marisol que no tuviera miedo, porque «no tardarían» y le propuso que invitara a su prima Rosa Nereida Coronel Moreno.

Al llegar a San Cristóbal, el regidor invitó a Marisol y a su prima a una cantina, donde le exigió a la menor de edad que tomara tequila y cerveza, argumentando que «no se preocupara» por el aliento alcohólico, porque «tenía unas buenas semillas para quitarlo».

Al despertar el 5 de septiembre, Marisol despertó estaba en un cuarto de un hotel de Comitán y había olvidado todo lo que pasó durante la tarde y la noche del día anterior. El regidor le aseguró que «se había metido en problemas» y que no intentara hacer nada, porque «sus padres ya no la querían ver».

A su vez, Rosa Nereida contó a los padres de Marisol que en efecto había visto a Marisol el día de su desaparición, pero fue para acompañarla a San Cristóbal, donde se realizó unos estudios de embarazo, pero que al regresar a Teopisca, «ya no supo más de ella».

En Comitán, Marisol permaneció hasta el 17 de septiembre del 2002, lapso en el compareció ante funcionarios del Sistema de Desarrollo Integral para la Familia (DIF) municipal y «bajo presiones» de Navarro tuvo mintió en su declaración.

MUESTRA DE IMPUNIDAD

Ante su ausencia, sus padres y su hermano emprendieron una intensa búsqueda por varios municipios de Chiapas. Colocaron carteles con su fotografía, visitaron hospitales, albergues, las comandancias de la policía e interpusieron una denuncia en la Procuraduría de Justicia del Estado, pero no la localizaron.

Rosario Tobilla, la madre de Marisol, interpuso una denuncia ante la Procuraduría de Justicia del Estado por los delitos de rapto, secuestro, tráfico de menores y los que resultaran por la desaparición de su hija.

«Yo no sabía que mis padres me estaban buscando. El regidor me engañó, me decía que mis padres ya no querían verme. Entonces me trasladó al municipio de Tonalá, Chiapas, donde me recomendó con una señora. El llegaba a verme seguido», señaló Marisol.

La joven logró regresar a su hogar porque le contó a la mujer que la cuidaba lo sucedido. Fue así que después de que ya había sido considerada como «desaparecida», se reencontró con sus padres y su hermano.

Ante este hecho, hace un año la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) emitió una recomendación al edil Enrique Díaz Cantoral para que iniciara un proceso administrativo en contra Raymundo Navarro. Además de solicitar la reparación del daño a la joven que fue privada de su libertad por más de tres meses.

Al respecto, Navarro aseguró «desconocer» a Espinosa Tobilla y no saber nada sobre el caso. Después de tres días fue posible localizar al regidor. Su secretaría argumentó que estaba en una comunidad cumpliendo una «comisión de trabajo» y él no respondía su teléfono celular.

A pesar de la denuncia que interpusieron los padres de la menor, el regidor continúa hostigándola, por lo que la madre de Marisol declaró que después de la desaparición de su hija ha confirmado que en Chiapas no «hay justicia para los pobres como nosotros».

Explicó que ahora el regidor aparece frente a su casa y les grita que él tiene el mejor licenciado, se burla y amenaza con dejarlos en la calle de continuar el proceso legal en su contra.

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