El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, consideró que en las naciones de América Latina prevalecen barreras de exclusión que impiden el ejercicio de la ciudadanía de mujeres y hombres por lo que llamó a convertir su democracia electoral en un proceso participativo.
Durante su intervención en seminario Democracia, Política y Estado en la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), reveló que los Estados latinoamericanos han perdido capacidad como centro de toma de decisiones legítimas, eficaces y eficientes para resolver los problemas relevantes de sus sociedades.
Es básico, afirmó, que la población vea protegidos sus derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales.
Durante el seminario, organizado por el gobierno mexicano y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), será presentado el estudio La democracia en América Latina.
El estudio da a conocer un sondeo según el cual 55 por ciento, de cerca de 19 mil personas encuestadas en 18 países de la región, incluído México, respondió que apoyaría el cambio de gobiernos democráticos a autoritarios si hay beneficios económicos.
Además, 58 por ciento señaló que está de acuerdo en que los gobernantes operen fuera de la ley si tienen que hacerlo, mientras que 56 por ciento dijo que el desarrollo económico es más importante que la preservación de la democracia.
En ese sentido, el director del proyecto, Dante Caputo, resaltó que «no hay malestar con la democracia, pero hay malestar en la democracia.
El ex canciller argentino, explicó que el malestar se debe a las graves carencias de la política, lo que ha producido un rechazo creciente hacia quienes la ejercen: la clase política.
Por su parte, José Woldenberg, ex consejero presidente del Instituto Federal Electoral (IFE) y director de la revista Nexos, señaló que aunque hoy los países latinoamericanos cuentan con regímenes democráticos, sufren altos niveles de pobreza y son los más desiguales del mundo.
Aseguró que la sustentabilidad de la democracia, ligada a la expansión de una ciudadanía poco difundida y ejercida, exige asumir los complejos retos que surgen de la pobreza y la desigualdad y de aquellos que son producto de la inadecuada protección de los derechos civiles.
Aseguró que en América Latina la política, las instituciones básicas de la democracia y sus líderes, presentan problemas de confianza que se ubican en el contexto de una ruptura entre las aspiraciones de la ciudadanía y la capacidad que la política muestra para enfrentarlas.
Concluyó que muchos de los temas que antes eran propios de la política y de los Estados nacionales hoy son tratados y decididos en otras esferas. La economía, los poderes fácticos y algunos medios de comunicación han ocupado buena parte del lugar de aquellos.
En tanto, el presidente Vicente Fox, destacó la urgencia de buscar respuestas más efectivas a los problemas de pobreza e inequidad que aquejan a todos los países de la región.
«El desafío nos obliga a diseñar políticas económicas humanas incluyentes, que tengan como eje el desarrollo social y la generación de empleos productivos y remunerados».
Dijo que las sociedades democráticas del siglo XXI tienen como principios la igualdad de oportunidades y el respeto a la dignidad de las personas, porque la discriminación lastima a los pueblos.
2004/RGL/LR/SM
