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Microsangrado en la orina, posible síntoma de cáncer

Por la Redacción

La aparición de sangre en la orina es, sin duda, una manifestación de que algo no anda bien. Sin embargo, este síntoma conocido como «hematuria», que puede denunciar patologías como el cáncer, muchas veces ni siquiera es perceptible al ojo humano.

Un reciente estudio indica que en una de cuatro mujeres se presentaría después del coito.

No hace falta que la orina se tiña completamente de rojo para hablar de hematuria. El microsangrado, imperceptible al ojo humano, también es considerado un síntoma de anormalidad.

Tanto así, que el doctor Andrés Valdivieso, nefrólogo de la Universidad Católica de Chile, nos explica que para diagnosticarla bastan tan sólo cuatro glóbulos rojos por campo visual en el microscopio.

Ciertamente, esa cantidad es imposible percibirla a simple vista, aun cuando su presencia pueda ser una oportuna señal de alerta sobre lo que sucede en nuestro organismo. Y es que no se trata de una enfermedad en sí misma, sino de un síntoma.

«Toda hematuria tiene una razón atrás», dice Valdivieso, pero aclara que se presenta en un porcentaje muy reducido de la población.

No obstante, la gravedad de los posibles trastornos asociados hace que los exámenes de rutina, que incluyen el de orina, sean muy importantes. Porque sólo a través de ellos se detectan los microsangrados. El paso siguiente será descubrir cómo, por qué y desde dónde se producen.

SANGRADO POSCOITAL

«En un 15 por ciento de los casos no se llega a descubrir el origen», explica Valdivieso y agrega que dependiendo de la edad y el sexo, las patologías asociadas a la hematuria varían desde cálculos renales, infecciones urinarias hasta cánceres en la próstata o el sistema urinario.

Sin embargo, un reciente estudio del St. Mary’s Hospital de Estados Unidos, quizás tenga la respuesta a los casos de hematuria femenina que no tienen causa aparente.

Investigadores e investigadoras del instituto norteamericano trabajaron con 24 parejas que se sometieron a la prueba de orina antes y después del coito. Y los resultados demostraron que seis de las mujeres y ninguno de los hombres presentaron hematuria.

Es más, una de las participantes aceptó ser investigada sin que especialistas encontraran patología orgánica evidente. De esta forma, los autores sugieren que el microsangrado podría deberse a lesiones menores que la penetración vaginal causaría en la pared posterior de la vejiga.

Una conclusión que al doctor Valdivieso no le parece para nada descabellada porque, dice, «la relación sexual en sí representa un pequeño traumatismo».

El especialista chileno explica que durante el coito pueden resentirse algunos de los minúsculos vasos sanguíneos que irrigan los órganos internos, con lo que, a su vez, puede producirse una suerte de hematuria poscoital femenina no asociada a enfermedades.

Por eso, el nefrólogo cree que el mayor aporte del estudio es achicar más aún las probabilidades y sugerir a las pacientes la abstinencia sexual previa a los exámenes de orina. De hecho, Valdivieso señala que lo indicado es tomar las muestras antes o después de la menstruación para evitar los errores.

Y es que la cantidad de razones que puede haber detrás de una hematuria es prácticamente infinita, sobre todo en el caso de las mujeres. Ellas son quienes más sufren de las infecciones urinarias que, incluso, pueden lesionar la piel de los órganos sexuales y urinarios externos, contaminando con sangre la orina.

MÚLTIPLE MANIFESTACIÓN

Valdivieso explica que una vez detectado el microsangrado, los pasos a seguir incluyen un exhaustivo chequeo, que va desde el exterior hasta el filtro de los riñones. «Puede haber una herida en los órganos sexuales, un pólipo en la uretra o incluso un cáncer», agrega.

Pero el estudio del instituto norteamericano también sugiere que el síndrome de la vejiga dolorosa (SVD) o cistitis intersticial, puede ser otra posible causa para esta recurrente hematuria femenina.

Se trata de una inflamación no infecciosa y de alta prevalencia que afecta de forma crónica a los pacientes, preferentemente mujeres. Sin duda una condición que, según el estudio, hace que la vejiga sea aun más propensa al sangrado después del coito.

Sin embargo, Valdivieso explica que no existe relación alguna entre la cantidad de sangre presente en la orina y su causa. «Debiéramos pensar que si estamos en presencia de un sangrado evidente, es porque existe una inflamación aguda», dice Valdivieso, pero enfatiza que no puede en ningún caso establecerse un patrón.

«Un microsangrado imperceptible también puede ser señal de algo grave», agrega el especialista y refuerza, por ello, la importancia de los exámenes de rutina.

* El presente texto fue tomado de mujereschile.cl,
sitio del Servicio Nacional de la Mujer del gobierno chileno.

       

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