A casi un año de su gestión como agente municipal de la comunidad San Felipe Ecatepec, de San Cristóbal de las Casas, Antonia Pérez Hernández, primera mujer indígena que ocupa un cargo relevante en una sociedad donde tradicionalmente se relega a la mujer, ha tenido que mostrar un carácter fuerte para poder cumplir con su responsabilidad de mantener el orden en su poblado.
Al colocarse en la escena pública como agente municipal indígena, Antonia Pérez Hernández no sólo rompió con la tradición de que las mujeres indígenas únicamente deben atender la casa y la familia sino que también ha sabido ganarse el respeto de su comunidad al grado de ser ya un ejemplo para el resto de las mujeres de San Felipe Ecatepec.
Y es que en las comunidades indígenas los agentes municipales tienen una función equivalente a la de un comandante de la policía; por lo mismo, su cargo requiere respeto y autoridad.
Al interrogar a Antonia Pérez sobre el uso de la macana, la agente municipal indígena explicó que «acá nosotros llevamos macanas porque lo dejaron los antepasados como usos y costumbres para traer a algún preso cuando se necesita».
El éxito de Antonia Pérez en un puesto tradicionalmente masculino, nos obliga a preguntarnos ¿cómo ven los indígenas hombres el trabajo de Antonia?
Para Sebastián Vázquez, comisariado ejidal de San Felipe Ecatepec, ella es un ejemplo para todas las mujeres, pues «a la mujer hay que darle su lugar ya que también lo puede hacer como un hombre; la mujer tiene también la capacidad de resolver y hacer las cosas».
No obstante, el caso de Antonia es una de las muy pero muy pocas comunidades indígenas chiapanecas donde los hombres empiezan a cambiar su actitud hacia las mujeres, ya que en la mayoría de los parajes a la mujer indígena no se le permite participar en las decisiones comunitarias, pues su función es simplemente cuidar la casa y ayudar al esposo en la milpa.
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