El premio Nobel de Literatura 1986, el nigeriano Wole Soyinka, refrendó su apoyo a Amina Lawal, mujer condenada a muerte por las autoridades de Nigeria por tener una hija fuera del matrimonio.
«Digo confiadamente que la nación a la que pertenezco nunca va a permitir la lapidación de una mujer por dar su cuerpo a quien se le dé la gana…no es asunto del Estado y no es asunto de ninguna religión,» respondió a cimacnoticias el escritor también condenado a muerte «en ausencia» por razones políticas.
Soyinka, el primer escritor africano que recibió el Nobel en 1986 advirtió con su voz resonante que aplicar leyes criminales a alguien por el uso de su cuerpo «es inaceptable en una nación multirreligiosa que ha gozado de una existencia secular.»
Akinwande Oluwole Soyinka, nacido en 1943, cerró la noche del miércoles el ciclo Cartas del Destierro, en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México, donde reiteró el absurdo de los fundamentalismos religiosos y políticos al proponer a la razón como única posibilidad de supervivencia.
«Me alegra que traiga a colación a Amina Lawal porque ilustra perfectamente lo que digo. He aquí una nación, la mía, que había existido bajo un régimen secular donde todas las religiones se respetaban», aunque tuvieran leyes tradicionales o islámicas seguían la Constitución sin tener problemas religiosos.
«Déjenme asegurarles que estos levantamientos teocráticos», como el que hoy se vive en Nigeria, «no tienen nada que ver con la espiritualidad. Su agenda es el poder político, la dominación, el engrandecimiento político o territorial, pero no tiene nada que ver con la espiritualidad.»
Sin embargo, Soyinka, avencidado actualmente en Londres, llamó al mundo a continuar defendiendo la vida de Amina Lawal, quien espera su apelación el próximo tres de junio a la sentencia a muerte por lapidación impuesta por el tribunal de la Sharia de la norteña localidad de Bakori.
«Hay lunáticos por todo el mundo y quien sabe que seguirá. Pero tengo la convicción apasionada de que no es posible que este crimen contra la humanidad ocurra en el país del que vengo.»
2003/MR/MEL
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