El sueño americano de la mexicana Rosalba Martínez Salas se convirtió en pesadilla luego que las autoridades estadounidenses la deportaran por la frontera de Tamaulipas, separándola de sus hijos y esposo, en un acto de violencia que quebrantó sus derechos humanos elementales.
Rosalba, de 24 años de edad, se encuentra en las oficinas del Grupo Beta de Matamoros, Tamaulipas, el cual apoya a los mexicanos migrantes del vecino país del norte, luego que el pasado viernes nueve de diciembre fue deportada por las autoridades del Servicio de Inmigración y Naturalización de los Estados Unidos,
De acuerdo con el relato de la mexicana originaria de Aguascalientes, que fue difundido por el periódico el Bravo de Matamoros, cuando fue a recoger su visa en Charlote, Estados Unidos, fue detenida y recluida en una cárcel para luego deportarla sin que mediara ningún motivo.
Hace cinco años Rosalba emigró junto con su esposo Filiberto, en busca del sueño americano, hacia Carolina del Norte, donde nacieron sus dos hijos; sin embargo al tratar de buscar la residencia, se encontró con la deportación hacia su país.
Su historia es como la de miles de mujeres mexicanas que van al vecino país en busca de mejores alternativas de vida que nuestro país no ofrece, y que al final regresan a México sin familia y sin dinero para pagar el pasaje a su ciudad natal.
La familia de Rosalba se quedó en Estados Unidos para hacer trámites de residencia, por lo que no puede venir a México, mientras que ella fue expulsada de por vida de ese país. Hasta el pasado domingo, todavía Rosalba pedía ayuda económica a la población para el pasaje de regreso a casa.
05/DC/YT
