La postura ideológica y moralista de la mayoría de funcionarios ha creado debilidad en el sistema, ya que no son objetivos en la realización de su trabajo, situación que se revela en la falta de una política pública sobre sexualidad que permita orientar a la adolescencia y juventud, así como erradicar la homofobia, indicó Luis Zapeta.
Zapeta, miembro de la Organización de Apoyo a una Sexualidad Integral
Frente al Sida (OASIS), dijo a Cerigua que el Estado ha fundamentado sus planes de sexualidad sobre una ideología moralista, conservadora y religiosa, enfocados en la planificación familiar y la abstinencia, sin que se oriente con objetividad el desarrollo del sector.
Los planes de salud no están dirigidos a atender a trabajadoras del sexo, ni a las minorías sexuales, situación que el entrevistado consideró discriminatoria y excluyente; además el Estado debe promover el respeto, la convivencia pacífica y el derecho a la vida, sin importar la orientación sexual de las personas, añadió.
Los líderes religiosos moldean la conducta de sus feligreses, por lo que el movimiento que actualmente generan en el Congreso de la República en contra del tema de la diversidad sexual, genera homofobia y represalias hacia este sector, que en muchas ocasiones han sido fatales, aseveró el representante.
Zapeta exigió que el Estado impulse sus planes de educación sexual en el área rural y los departamentos, ya que solamente se han desarrollado en las ciudades.
OASIS es una institución de defensa de los derechos humanos y de sensibilización sobre temas de sexualidad, Sida y distinta orientación sexual; da acompañamiento legal a los homosexuales, los transgéneros, los
bisexuales y a los hombres que se dedican al comercio sexual, que han sido
agredidos o han enfrentado situaciones de discriminación.
05/GM