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Políticas uruguayas, en busca del poder

Por Isabel Villar

Cansadas del ninguneo y la postergación, hay mujeres políticas que se disponen a dar una lucha frontal para que se reconozca su derecho a la representación proporcional en los lugares de decisión. Advertidas, como están, de las resistencias que van a encontrar, comienzan a delinear estrategias, con tiempo, para que no las sorprenda una nueva campaña electoral.

Tienen experiencia en trabajar juntas por encima de filiaciones partidarias, priorizando lo que tienen en común por encima de lo que las separa; la cuotificación de cargos, por ejemplo, que consideran imprescindible para lograr una presencia femenina de peso. También se proponen capacitar a mujeres de todo el país para presentarse como candidatas a cualquier puesto.

Entre todas las embarcadas en el desafío, tres destacan por su trayectoria y capacidad de liderazgo: Beatriz Argimón, del Partido Nacional; Margarita Percovich, senadora encuentrista, y Glenda Rondán, del Partido Colorado.

Argimón, Percovich y Rondán vienen trabajando juntas desde la Concertación Programática, pasando por la Red de Mujeres Políticas hasta que coincidieron en el Parlamento durante la legislatura pasada y se convirtieron en referentes de la primera bancada parlamentaria femenina.

Si bien no son los únicos temas que las ocupan, semejante afinidad tiene su eje en las cuestiones de género. Por eso no les costó ponerse de acuerdo en que todas participarían en cada uno de los encuentros partidarios.

BASTA DE TOLERANCIA

Vienen bravas las políticas. Sienten que, si bien han estado dando las batallas, no han empleado toda la fuerza de la que son capaces. «Hemos sido demasiado tolerantes con nuestras jerarquías partidarias, y a veces gritar sirve», arriesga Argimón.

Ella insiste en elaborar estrategias para el crecimiento, desmitificando la competencia y conflictividad que se le atribuye a las mujeres. «El cambio cultural tiene que empezar al interior de los partidos. No puede pasar una elección más sin candidatas en serio a las intendencias ni sin mujeres políticas preparadas para candidatearse a lo que sea», afirma la diputada nacionalista.

La lucha no será poca, teniendo en cuenta que no hay ni una mujer en el Honorable Directorio; que han disminuído las convencionales departamentales y nacionales y que las edilas son muy pocas. Rondán no se achica, aunque su partido está en el peor momento, ya que suma a «la derrota electoral histórica, la terrible derrota para las
mujeres».

Actualmente no hay ninguna titular en el Parlamento y la única suplente es ella, impedida de ocupar aunque sea temporalmente la banca porque no piensa renunciar a su condición de edila montevideana. «Queremos estar y no estamos porque las estructuras del Partido Colorado son muy rígidas y no permiten romper el techo de cristal, pero no nos va a encorsetar nadie», afirma, y convoca a romper barreras.

Ella está decidida, junto con sus compañeras, a pelear, en la convención nacional de diciembre próximo, la cuotificación de cargos en todos los órganos del partido. Entre los 15 miembros del Comité Ejecutivo no hay ninguna mujer; y Rondán es la única suplente. También desea elevar la jerarquía de la Comisión Nacional de Mujeres.

Al igual que Argimón, la edila colorada piensa que «llevamos muchos años en actitud contemplativa. No se hizo la fuerza suficiente». Sugiere a las mujeres de todos los partidos que se reúnan para identificar los temas en los que tienen acuerdo con las demás y elaboren una agenda común que, formalizada en un documento conjunto, se haría llegar a los órganos partidarios y a las y los legisladores.

Margarita Percovich coincide en que la cuota es indispensable para que llegue a los lugares de decisión una cantidad de mujeres que tenga peso, y que el tema debe trabajarse lejos de las elecciones en todos los partidos. También está convencida de que las políticas se han «generado credibilidad» y pueden fortalecer a sus colectividades.

Para ello, deben tener un discurso propio frente a los hombres y sus propios votos. Propone capacitarse y definir en cada espacio quiénes quieren asumir el reto de integrar los cuadros políticos. Para la senadora encuentrista es vital ampliar la base no sólo previendo el recambio generacional, sino para que haya muchas mujeres ejerciendo la crítica y el reclamo.

«Los partidos pliticos son muy importantes en este país, sea para gobernar o para controlar a los que gobiernan. Por estar constituidos por hombres, tienen características que nos excluyen, excluyendo así la sensibilidad de más de la mitad de la población. Las mujeres tenemos la responsabilidad de irlos cambiando, y de enriquecer la agenda política con problemas prioritarios para el país», afirma Percovich.

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