Sandra Verónica García Cavazos, matamorense de 33 años, rompió con una norma que, pese a no haber sido escrita, rigió una buena parte de la administración pública federal durante 60 años: diseñó un proyecto de escuelas para niños discapacitados, tzehuali, cuyo modelo se desarrollará en todo el país.
Arquitecta de profesión, con un diplomado en la Universidad de Harvard y maestría en administración de empresas por la Universidad de Texas, García Cavazos es una de las dos únicas mujeres en el país al frente del Comité Administrador del Programa Federal de Construcción de Escuelas (CAPFCE): ella en Tamaulipas y la otra en Veracruz.
En sus oficinas, antigua hacienda del tamaulipeco y expresidente de la república Emilio Portes Gil, diseñada por uno de los arquitectos mexicanos más prestigiados, Pedro Ramírez Vázquez, la entrevistada nos recibe en un despacho sumamente ordenado y limpio que ocupa desde el pasado 9 de enero:
¿Cómo reciben a una mujer en una profesión predominantemente de hombres, como es la arquitectura y la construcción?
«Con mucha confianza y credibilidad. Vivimos en un mundo de hombres, todavía las mujeres con responsabilidades de este tipo somos las menos; de hecho en la carrera de arquitectura el número de alumnas es mínimo comparado con el de los varones.
«Es difícil para una arquitecta llegar a la obra y darles instrucciones a los trabajadores (albañiles, carpinteros, plomeros y demás). No están acostumbrados a obedecer a una mujer; para ellos estamos bien en el restirador, en la computadora, en el escritorio; por eso tenemos que demostrarles que no siempre es así».
Con respecto a sus casi nueves meses de gestión al frente del CAPFCE, la arquitecta comenta: «Me siento muy satisfecha. En este tiempo hemos podido hacer proyectos arquitectónicos como los tzehualis, e incluso lograr que nos lo acepten en los demás comités del país como originario de Tamaulipas.
Tzehuali significa hacer el bien a alguien más, aunque con relación al proyecto arquitectónico ella misma lo explica: «son centros de atención múltiple (CAM) que hay en todo el país y que se adaptan a las necesidades del usuario; lo que nosotros hicimos con el tzehuali fue adecuarlo a las necesidades de quienes lo iban a utilizar: o sea, le quitamos los desniveles para que los pequeños en silla de ruedas puedan andar solos por todo el edificio».
A decir de García Cavazos, el diseño está hecho para ellos, «tiene una área de estimulación temprana mucho mas grande que como la presentaban los proyectos originales; definitivamente es más atractivo para los niños, que son los usuarios».
El que se pudiera lograr que los demás estados que están construyendo este tipo de escuelas de CAM adoptaran el proyecto tzehuali sería muy importante para Tamaulipas, pues en los 60 años que tiene el CAPFCE los modelos de escuelas nunca han variado; por política no había aceptado nunca ningún cambio: ni de hombres ni de mujeres, pero está vez la sensibilidad de una mujer lo logró.
La historia de los tzehuali se remonta a cuando, en 1999, aquí en Ciudad Victoria se diseñó el proyecto para el CAM, pero costaba aproximadamente 10 millones de pesos, «imagínate, significaba ocupar mucho más de la mitad de la inversión para las escuelas de nivel básico». Por lo mismo se le hacen adecuaciones para poder construirlo y el presupuesto se reduce a cuatro millones.
La matamorense, estudió arquitectura en el Centro Universitario del Noreste y en 1993 comienza a trabajar con Tomás Yarrington Ruvalcaba, cuando era alcalde de Matamoros, en planeación urbana.
Ser esposa, madre y funcionaria no es nada fácil y García Cavazos lo reconoce. «Mi trabajo en el servicio público me ha dejado muchas satisfacciones, una de las más importantes es ver cómo puedes ayudar y servir a tanta gente. Por ejemplo, en el programa Vamos Tamaulipas, cuando llegas a pavimentar la calle y ves el júbilo de la gente es una satisfacción que se queda.»
«Ahora, también es muy agradable ver los tzehualis», continúa. «Hace una semana hice un recorrido con los niños que van a usar los tzehualis: desde que iban entrando las niñas y los niños decían: Mira, esto va a ser mío; de veras que son satisfacciones que se te quedan.»
«Como madre y esposa a veces es difícil pero trato de equilibrar mi tiempo. Mi hija Andrea me llama constantemente desde Matamoros porque ella vive allá; me habla para pedirme que le ayude a hacer la tarea y aunque sea por teléfono, por fax o por internet estamos en comunicación. Los fines de semana, cuando llego a mi casa, es entonces cuando adopto por completo el papel de mamá.»
¿Es mérito de ustedes que las cuatro universidades tecnológicas estén operando un año antes de lo que se comprometió el gobernador?
«Andamos en un 80 por ciento de avance de las obras: desde los Centros de Desarrollo Infantil (Cendis), jardines de niños, tzehualis, aulas de primaria, secundaria y las cuatro universidades tecnológicas. Pero quiero aclarar que el CAPFCE no es el que planea ni decide el orden: eso lo determina la Secretaria de Educación, Cultura y Deporte; nosotros sólo construimos.
«En la Universidad Tecnológica de Reynosa tenemos ya dos etapas y este año construiremos la tercera que es la biblioteca: otro proyecto tamaulipeco.»
A continuación la arquitecta explica que todas las universidades tecnológicas del país tienen un mismo estilo de biblioteca, pero en el caso de Tamaulipas nuevamente volvieron a aceptar el proyecto presentado por García Cavazos: su diseño emplea mucho más metros cuadrados y, sobre todo, considera tecnología de punta. «Este año invertiremos 480 millones de pesos en infraestructura educativa y cultural, al construir cinco museos: dos en Victoria, uno en Tampico y dos más en Matamoros.»
Cabe señalar que estas construcciones forman parte de la obra cumbre del gobernador Tomás Yarringtón Ruvalcaba. «La inversión conjunta entre el gobierno del estado y los municipios de Matamoros, Reynosa, Tampico, Victoria y Nuevo Laredo para el nivel básico es de 140 millones de pesos para este año, por lo que tenemos 273 escuelas beneficiadas con más de 330 espacios educativos como anexos, sanitarios, desayunadores, aulas y demás», concluye.
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