La intimidación, la discriminación, el acoso y la violencia en el trabajo pueden provocar graves consecuencias en la salud de las mujeres, como depresión, agotamiento e incluso suicidio, refiere un informe realizado por la Comisión Europea, publicado en el libro «El trabajo de las mujeres: comprender para transformar».
Según ese estudio, las mujeres tienen las tareas más estresantes, están más expuestas a factores químicos dañinos para su salud y tienen las peores condiciones para administrar sus vacaciones, descansos y otras actividades, pues aun en profesiones idénticas, los hombres pueden planear más sus horarios y ritmos de trabajo.
De acuerdo con datos de esa investigación, el acoso moral o sexual es el problema más común al que se enfrentan las trabajadoras de la Unión Europea, y va en aumento, junto con la violencia.
Entre las profesionales más propensas a padecer algún tipo de acoso se encuentran las enfermeras y médicas de los servicios de salud mental, las policías y las trabajadoras sociales.
Según el mismo texto, otro problema para las mujeres en el trabajo es el uso continuo de químicos, como solventes para limpieza en seco, plaguicidas y herbicidas en la agricultura, lo que puede causar malformaciones en los fetos, abortos y partos prematuros.
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