La presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), Patricia Espinosa, rechazó hoy la falta de resultados en los asesinatos de más de 300 mujeres en la norteña localidad de Ciudad Juárez.
En conferencia de prensa, respondió a los y las reporteras, que prueba de ello es que en la recién creada Subcomisión para la Coordinación y Enlace para Prevenir y Sancionar la Violencia contra las Mujeres en Ciudad Juárez, la presencia del instituto ha sido importante.
La subcomisión fue creada formalmente en una reunión a puertas cerradas el viernes pasado en la Secretaría de Gobernación (Segob), y estará presidida por su titular Santiago Creel, mientras la vicepresidencia recaerá en la subsecretaria para Derechos Humanos de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Mariclaire Acosta.
Sin embargo, esta es la tercera mesa de trabajo interinstitucional creada para resolver los más de 300 asesinatos de mujeres en la ciudad fronteriza con Estados Unidos, y la desaparición de más de mil, según cifras extraoficiales.
Los crímenes y desapariciones de mujeres han pasado inadvertidos para dos gobernadores, uno del Partido Acción Nacional (PAN), Francisco Barrio Terrazas, y el actual del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Patricio Martínez, así como por tres procuradores de justicia y seis fiscales especiales.
Espinosa, reconoció que la violencia contra las mujeres en Ciudad Juárez es una grave violación a los derechos humanos, un problema de seguridad humana, un problema social y de salud pública.
Estos crímenes, afirmó, agreden no sólo a las mujeres sino a todo México, a la humanidad entera. «Nadie tiene derecho a politizar esta situación, ni a utilizarla como bandera. Esto es falta de ética y de respeto a los derechos fundamentales de las víctimas y de sus familiares».
Reveló que el gobierno Federal y el Poder Judicial de la Federación disponen de recursos y capacidades que deben hacerse efectivos de manera inmediata para que se produzcan resultados.
Porque, concluyó, es una demanda de los familiares de las víctimas. Porque es una demanda de la sociedad mexicana y un reclamo internacional, «y una demanda de todas nosotras, las mujeres».
2003/RGL/MEL
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