Periodistas, cineastas, presentadoras de televisión y dramaturgas de diferentes países se reunieron en esta ciudad con un objetivo común: reivindicar el derecho a la libertad de expresión de las mujeres frente a los mecanismos de poder, en el encuentro Mujeres contra el Silencio.
La libertad de expresión debería de ser para todos y todas. La búsqueda de la libertad de expresión comienza en casa, en los espacios que tengamos alrededor, en la infancia, en la educación, en no menospreciar a lo femenino, concluyeron aquí mujeres de los medios de comunicación.
A lo largo de los dos días –3 y 4 de mayo-, expusieron sus puntos de vista, experiencias, campos de acción, estrategias, obstáculos y éxitos en el marco de las V Jornadas por la Libertad de Información en el Mundo celebradas en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona.
La coordinadora de Comunicación e Información de la Mujer (CIMAC) de México, Lucía Lagunes, apuntó que las mujeres son víctimas de la violencia y mientras no se trabaje en la búsqueda de la equidad seguirán sufriendo discriminación y vejaciones.
Lagunes explicó el trabajo que realiza CIMAC para visualizar a las mujeres y que éstas sean noticia, porque muchas veces, temas relacionados con ellas no son considerados como noticias relevantes y se relegan cuestiones de suma importancia como la violencia.
La reportera de investigación del diario La República de Perú, Flor Huilca González, destacó que durante el periodo presidencial de Fujimori, tenían un país secuestrado y una prensa secuestrada.
En la actualidad la situación no ha cambiado mucho, dijo que el año pasado fueron asesinados dos periodistas en el Perú y la noticia tiene siempre cara masculina. «Las mujeres podemos dar otra visión», comentó Huilca González, quien espera que sea sólo cuestión de tiempo para contar con editoras dentro de las redacciones de su país.
Dentro del tema «Mujer, Cultura, Religión y Lengua», la periodista Nigeriana Bunmi Akpata-Ohohe, explicó que Nigeria es un país multicultural en donde las mujeres, como en casi todo el mundo, están en desventaja por su género.
«En algunos lugares de Nigeria a las mujeres se les puede ver pero no escuchar, es decir, no importa lo que digan porque son mujeres», explicó en la plenaria antes de agregar que es importante identificar quién se beneficia cuando no se escucha a las mujeres de África o del Islam para entender el por qué están sumidas en el silencio.
Otra cara del quehacer periodístico lo mostró Maysam S. M. Ameen, presentadora de la televisión «Al Hurra» de Iraq, un país en donde no hay seguridad y salir a trabajar es un desafío diario, no sólo para los y las periodistas sino para la población civil en general. «Trabajamos escuchando las balas de fondo o con velas porque nos han cortado la luz eléctrica», indicó.
Las situaciones en que las mujeres se enfrentan a la censura directa o a la falta de libertad de expresión y/o de información son diversas.
Aunque las mujeres periodistas pueden evidenciarlo por su profesión a muchas mujeres ni siquiera se les permite hablar, mucho menos gritar lo que piensan y sienten.
2005/BH/SJ
