Inicio Una nueva dirigencia para un partido en reconstrucción

Una nueva dirigencia para un partido en reconstrucción

Por Soledad Jarquín Edgar

Tras asegurar que las mujeres de México han obtenido un sitio importante en todos los rubros del quehacer político o administrativo, Edna Liliana Sánchez Cortés, presidenta del Organismo Estatal de Mujeres Priístas (OEMP), augura que el futuro del país, pero en especial el del PRI, está en las mujeres.

La dirigente del OEMP explica que nada de lo obtenido por las mujeres de México ha sido una graciosa concesión: todo ha sido resultado de la lucha y la unión de fuerzas y del trabajo de las propias mujeres; incluso la decisión actual del gobierno de considerar presupuestos públicos con visión de género es producto de las demandas que desde hace años se impulsó desde muy diversas trincheras.

Práctica, incisiva y clara, Sánchez Cortés representa una nueva generación de mujeres priístas dispuesta a luchar con una visión distinta y en circunstancias diferentes a lo que habría de esperar, pues hoy por hoy el PRI no es el partido gobernante. Por lo mismo, reitera que los retos son diferentes, pero no imposibles.

Dispuesta a enfrentar lo que viene, la funcionaria recuerda que en la pasada asamblea del tricolor se «luchó por poner sobre la mesa de la discusión que el partido debía abrir la posibilidad de establecer la equidad de género; hoy es un asunto legal, está en los estatutos 50 y 50 por ciento para hombres y mujeres», añadió.

Con una idea clara de los nuevos tiempos, la funcionaria priísta asegura contundente: «Hoy no hay oportunidad para la imposición. Para eso estamos trabajando, buscamos crear el perfil de candidatas competitivas. Sé que falta por hacer, el proceso es largo pero hemos empezado desde la reorganización, la capacitación de líderes que ya existen para formar nuevos cuadros; sobre todo entre las más jóvenes .»

La presidenta del Organismo Estatal de Mujeres Priístas estudió la carrera de derecho e incursionó como reportera de un diario local hace algunos años, pero además es la madre de tres hijos y una hija a quienes desea heredar un país distinto, no un negocio.

Refiriéndose a los nuevos cuadros de mujeres priístas, Sánchez Cortés asegura que son ellas las que tienen que luchar y exigir en sus propias regiones que se respeten sus lugares, para que de esa manera nadie las ignore al momento de decidir quién será el o la representante popular.

Edna Liliana reconoce la diversidad política de Oaxaca y asegura que los usos y costumbres son mecanismos que permiten el cómo de un proceso de elección de candidatos; situación que nada tendría que ver con los derechos ciudadanos de las mujeres, los cuales deben prevalecer sobre el uso y la costumbre para evitar que se violen.

Con relación a su partido, la abogada priísta es determinante: «El PRI es un partido muy grande, se equivoca quién lo ve desde un solo lado, desde un solo punto de vista»; pero también reflexiona. «Es cierto, hubo muchos errores y mucha gente que lo manchó, pero también tiene un gran trabajo de servicio a la comunidad y la mayor parte de su política estuvo encaminada hacia el beneficio del pueblo.»

Sus cavilaciones la llevan al PAN. «Si este país lo hubiera construido el PAN, seguramente pagaríamos durante toda la vida nuestra educación; además las mujeres no tendríamos las oportunidades que ahora tenemos: los principios que rigen al PAN y al PRI son distintos.

En el PAN tienen principios más individualistas y menos sociales, con menos apoyo a las clases populares, aunque digan lo contrario. Su política económica está encaminada a lo macroeconómico, a las grandes empresas y a los consorcios, no a las clases populares: los resultados los tenemos a la vista con tan poco tiempo del gobierno de Fox.

La vehemencia salta a la vista: Edna Liliana tiene la camiseta puesta, piensa con los tres colores del priísmo y cuestiona quienes desconocen al PRI en sus principios y logros sociales.

Hoy, continúa, no tenemos ninguna pluralidad: todo es azul dentro del gobierno federal, no hay otras opiniones. Conste que a ellos se incluyó siempre su opinión como oposición; ahora ellos quieren todo el pastel y México no es azul: es de muchos colores.

Antes de terminar la entrevista, la presidenta del OEMP enumera los problemas que ella considera más importantes.

«Primero la feminización de la pobreza, no olvidemos que la mayor parte de este país y de este estado es de mujeres; luego el analfabetismo y la deserción escolar; después la violencia hacia las mujeres; también la muerte materna, en especial el cáncer cérvico uterino ya que ambos problemas pueden evitarse; y finalmente, que las mujeres alcancemos nuestras metas en todos los ámbitos, sin reticencias de ninguna clase.

       
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