La muerte materna por aborto está vinculada con la violencia que se ejerce contra las mujeres dentro de sus casas y en las instituciones, aseguró hoy aquí la directora de Organización y Capacitación Social de la Comisión Nacional de los Pueblos Indígenas (Conapi), Paloma Bonfil.
La también investigadora explicó que desde julio pasado opera el programa piloto de casas de salud para mujeres en seis entidades del país, en el que son apoyadas las iniciativas de organizaciones de parteras y promotoras indígenas de salud, porque además de la pobreza que golpea a las mujeres, la violencia tiene una alta incidencia en la muerte materna.
Entrevistada luego de participar en el Encuentro con la Partería Tradicional de Oaxaca, señaló que tres cuartas partes de la muerte materna están relacionadas con la violencia, pero además éstas mujeres, de comunidades indígenas, tienen un rango muy alto de incumplimiento de sus derechos en las instituciones de salud.
Bonfil indicó que existen muchas denuncias por violación a los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, pues se les sigue esterilizando sin su consentimiento, y cuando son ellas las que piden servicios de anticoncepción se les niega porque no tienen el permiso de sus esposos, además del maltrato del personal médico que es impresionante.
Por ello, explicó en estas casas de salud que impulsa la Conapi, con financiamiento de la Secretaría de Salud, surgen a partir de la necesidad de parteras y promotoras indígenas de difundir los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y reducir la violencia que se ejerce en su contra.
Consideró que el programa es ambicioso, pues las mujeres tendrán un espacio propio donde podrán hablar directamente con los prestadores de servicios del sector salud, pero al mismo tiempo darán capacitación a los prestadores de servicios de salud en términos de lo que significa calidad y calidez .
Estas casas de salud para mujeres indígenas operan en Matías Romero, Oaxaca y en comunidades indígenas de Chiapas, Guerrero, Puebla, Chihuahua y Baja California.
Por otra parte, la investigadora calificó como una propaganda injusta el anuncio televisivo del informe presidencial en el que se cuestiona el trabajo de las parteras, porque –dijo- hay estadísticas que demuestran que el parto en casa tiene riesgo, pero de ahí a concluir que el problema de la muerte materna es el parto en casa y no el contexto en que se desarrolla, es una visión unilateral y prejuiciosa.
Cuestionó qué sería de las comunidades, principalmente indígenas, sin el trabajo de las parteras, por ello es necesario distinguir entre la medicina tradicional que tiene límites al igual que la medicina institucional, y el contexto de la pobreza de las comunidades, de la cual las parteras no son responsables.
2003/SJ/MEL
