Inicio Vulnerabilidad de las mujeres, caldo de cultivo para el sida

Vulnerabilidad de las mujeres, caldo de cultivo para el sida

Por la Redacción

En las últimas dos décadas la infección de VIH/Sida en las mujeres ha crecido de forma alarmante, sobre todo en los países en vías de desarrollo, convirtiendo a esta parte de la población, en la parte más vulnerable en los ámbitos biológico, epidemiológico y social, afirmó la investigadora del Programa Universitario de Estudios de Género (PUEG) de la UNAM, Patricia Piñones.

Dijo que este padecimiento desenmascara la gran discriminación y desigualdad que la humanidad ha creado entre hombres y mujeres, por lo que esta epidemia debe enfrentarse con perspectivas de igualdad entre los sexos.

«No se limita a conductas personales, sino que se relaciona íntimamente con la condición que la sociedad les ha dado. La mayoría de ellas está destinada a vivir de acuerdo con los rígidos roles tradicionales y, frecuentemente, sus decisiones son tomadas por otros, generalmente hombres», aseveró.

La académica consideró que impulsar el concepto de «grupos de riesgo» ha tenido un alto costo pues, entre otros problemas, las mujeres no son valoradas bajo esa categoría, denunció.

Asimismo, entre las opciones que se han dado para evitar la transmisión del virus, destacan actitudes misóginas, cómo recomendarles la disminución en el número de parejas sexuales, cuando la mayoría de las infectadas sólo tenía una relación. Otra es el uso del condón, si su empleo depende del varón.

En el aspecto biológico, precisó, son vulnerables al ser receptoras en el coito, porque gran parte de la mucosa vaginal se expone al semen, el cual, en su caso, contiene mayor concentración del virus. Es por ello que tienen mayor riesgo en comparación con sus contrapartes.

Respecto al rubro epidemiológico, agregó la especialista, tienden a mantener actividad reproductiva y a casarse con hombres mayores que ellas, lo que implica, generalmente, que éstos han tenido más experiencias, y eso aumenta la probabilidad de contagio.

La vulnerabilidad social no se limita sólo a lo sexual, sino también a su condición de desventaja en el campo educativo, económico y legal, explicó Piñones.

Así, viven constantes situaciones de riesgo: la iniciación coital temprana sin protección ni información; subordinación física, psicológica y social, así como pobreza agravada con carencia de autonomía financiera, que aumenta la desigualdad, falta de respeto y opresión, aseguró la también académica de la Facultad de Psicología de la UNAM.

Enfatizó que «el virus prospera allí donde se les niega dignidad y respeto a las mujeres». Pareciera, explicó, que estos valores nada tienen que ver con el VIH/Sida, pero la realidad demuestra lo contrario: si antes las cifras indicaban que por cuatro hombres infectados había una portadora, esta epidemia los ha igualado.

Ello, dijo, se enlaza con la cultura, nivel de preparación, entorno, así como factores socioeconómicos que ejercen una fuerte influencia para que el vínculo de pareja, incluyendo el campo sexual, sea desigual, se repita generacionalmente y, por lo tanto, las relaciones sigan siendo inequitativas.

Es preciso reconocer, apuntó, que la discriminación en su contra constituye un factor determinante en sus vidas, porque no les permite tomar decisiones con autonomía y libertad, sobre todo en el plano de la sexualidad y en el conyugal. Ellas, aseveró, están educadas para ser débiles, y son tratadas como tal por sus esposos, familias, religiones y sociedad en general.

Indicó que según datos de Conasida, de las 53 mil personas registradas con Sida, ninguna utilizó condón como medida de protección. De los casi 10 mil jóvenes infectados (8 mil varones y 2 mil mujeres), 70 por ciento adquirió este mal en la adolescencia.

Patricia Piñones advirtió que diariamente se infectan 16 mil individuos en el ámbito mundial y más de 50 por ciento de los nuevos casos se dan entre jóvenes de entre 10 a 24 años. La adquisición se da, en 75 por ciento, a través del coito.

En México, detalló, es la tercera causa de muerte entre hombres de 25 a 34 años, y la sexta entre sus contrapartes de esa misma edad. Datos epidemiológicos señalan que en nuestro país 85 por ciento de los casos notificados se encuentra en el grupo de 20 a 49 años.

De acuerdo con las características de la evolución del virus, esas personas lo adquirieron cinco o 10 años antes, lo que sitúa a la adolescencia como etapa principal de riesgo para la infección. En nuestro país la iniciación sexual se produce entre los 15 y 18 años, informó.

Expuso que un informe dado a conocer durante la Conferencia Panamericana sobre Sida mostró que muchos de los nuevos casos ocurren entre mujeres casadas, niñas y niños. Se calcula, agregó, que 14 mil menores en nuestro territorio han perdido a su padre, madre o ambos por esta causa.

Concluyó que otro aspecto de la vulnerabilidad femenina frente a esta enfermedad es el vinculado a la edad y situación económica, pues afecta principalmente a los sectores discriminados que carecen de educación básica, buenas viviendas, alimentación adecuada y sin acceso a servicios médicos de calidad.

2005/SM

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