Todos los seres humanos nacemos iguales en dignidad y con los mismos derechos pues todos formamos parte de la humanidad; pero también todos tenemos derecho a ser diferentes y a considerar y que se nos considere como tales.
Así lo entendió Guadalupe Álvarez Naveda y por eso en 1951 comenzó su incansable lucha para fundar una escuela de educación especial en su natal Jalapa, Veracruz, en un tiempo en el que se enclaustraba –en su hogares u hospitales– a las personas con capacidades especiales.
En la actualidad México cuenta con dos millones 200 mil personas con alguna discapacidad, personas que evidentemente requieren atención especial.
Hija de Guillermo Álvarez Boettiger y Guadalupe Naveda Rodríguez, la maestra Lupita, como se le conoce familiarmente, nació el 7 de agosto de 1927 en la ciudad de Jalapa; Veracruz. Fue maestra normalista pero, gracias a su tenacidad, cursó los estudios de especialización en la Ciudad de México donde se mantuvo vendiéndoles sus apuntes a sus compañeras y compañeros.
La maestra Álvarez Naveda supo comprender que los rápidos cambios del mundo requerían mayores exigencias para todos, por eso no quiso dejar que los seres menos dotados quedaran rezagados por no contar con la ayuda de ninguna especie; ella no quería que fueran una carga para la sociedad ni una vergüenza para sus padres, al grado de originar en algunos casos la desintegración familiar.
Con esta idea, Lupita lucha contra viento y marea para fundar una institución con el firme propósito de ayudar a la niñez desvalida haciéndola útil a la sociedad y así misma. Con el apoyo del director general de Educación Popular en el estado, Ángel J. Hermida Ruiz, y el rector de la Universidad Veracruzana (UV) en ese entonces (1966), Fernando García, se crea el Instituto Roberto Solís Quiroga para niños de lento aprendizaje.
Desde su inicio, el Instituto mostró diversas formas de enseñanza y asesoró a todo aquel que lo solicitó: fue un verdadero centro experimental y de observación donde instituciones nacionales y extranjeras acudieron a recibir cursos, siempre bajo la atinada dirección de la maestra Álvarez.
Poco después, el 2 de marzo de 1968 se establece el departamento de Educación Especial y Lupita ocupa la primera jefatura con muy escasos recursos pero con una gran voluntad y entrega. Más tarde (1972) funda el Centro de Estudios Educativos de la carrera de pedagogía del área de Humanidades en la UV; entre otros importantes cargos.
No obstante 1977 es para Guadalupe un gran año ya que la comisionan como asesora y coordinadora del proyecto para crear la primera unidad de grupos integrados en febrero de 1979, más adelante, su constancia en estudios e investigaciones, le permitieron fundamentar la creación de las primeras 5 Escuelas Federales de Educación Especial en el Estado de Veracruz.
galardonada por la Unesco (octubre de 1988) por considerarla una profesionista emérita dedicada al proceso educativo de las personas con habilidades especiales.
A sus 75 años, jubilada de la actividad institucional, Lupita brinda su gran experiencia profesional como asesora de todo aquel que lo requiere, conservando su lema»Todo lo que hace un menor, tiene valor».
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