Integrantes de más de 20 Organizaciones no Gubernamentales en el Cairo, se manifestaron a las afueras de la sede del Tribunal del Consejo del Estado, en contra de la decisión de los jueces de rechazar el nombramiento de una mujer como magistrado de ese tribunal.
Nawla Darwis, presidenta de la Organización de la Nueva Mujer dijo a las agencias internacionales que la juez fue rechazada sólo por su condición de mujer, y si ahora «permitimos que la jueza sea marginada, ocurrirá lo mismo con cualquier minoría o grupo social.
Las activistas pidieron ser escuchadas por el ministro de Justicia y los representantes del Tribunal del Consejo del Estado, instancia creada en 1988 para atender disputas por contratos o decretos administrativos.
Con pancartas en las que se leía ¿Quién juzga a los jueces?, Un día negro en la historia de la justicia egipcia, No a la discriminación contra la mujer o No es sólo por la mujer, sino por el futuro de esta nación, las mujeres eran vigiladas por una valla numerosa de policías que no les permitían ocupar la vía pública.
Rasha Hasan, de la Asociación para el Desarrollo de la Mujer, aseguró que la decisión del Tribunal del Consejo del Estado violenta el principio de la ciudadanía y de la igualdad entre el hombre y la mujer, e insistió en que ya hay mujeres en otros tribunales.
Aunque algunos jueces rechazaron el ascenso de la jueza por considerar que la candidata no tenía méritos tangibles, en un comunicado subrayaron su oposición a que las mujeres trabajen como jueces.
La nota de los magistrados, difundida parcialmente por el diario egipcio Al Shuruk, asegura que cuidar de la familia y trabajar en empleos que se correspondan con su naturaleza es más importante que el hecho de que la mujer ocupe el cargo juez.
Asimismo, Al Shuruk informó de que antes de la votación, el presidente de la asamblea general, Mohamed al Husein, se dirigió a sus colegas asegurando: Os prometo que el Tribunal del Estado será el último órgano judicial que nombrará a una mujer.
Al Huseini también pidió a los participantes en la asamblea que rechazaran la candidatura debido a que la sociedad egipcia no aceptaría el hecho de que una mujer ocupe dicho cargo.
Egipto es una sociedad muy conservadora, en la que el papel de la mujer está reservado salvo excepciones a trabajos relacionados con la educación, la medicina y el funcionariado.
Las campañas lanzadas por algunas organizaciones civiles e incluso por el Gobierno para favorecer la igualdad de oportunidades y de derechos son vistas por muchos como intentos por introducir los principios occidentales que contradicen el islam.
En marzo de 2007, el Ministerio de Justicia egipcio dio un paso histórico al nombrar a 31 juezas para que ocuparan cargos en tribunales tanto de familia, como mercantiles y civiles.
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