Inicio 2007, llegó otro 8 de marzo

2007, llegó otro 8 de marzo

Por Tere Mollá

Ya está aquí de nuevo. Parece mentira cómo pasa el tiempo, pero el calendario es irrebatible: la próxima semana celebraremos un nuevo 8 de marzo.

Y viene cargado de noticias y de aspiraciones. Como el anhelo de que algunas administraciones hablen ya de avances, de grandes pasos, en la disminución de la violencia que se ejerce contra nosotras las mujeres, como la aspiración de que, cuando llegue a ocurrir, las consecuencias sean paliadas lo más rápidamente.

Una muestra de lo que considero se está haciendo, y se está haciendo bien aquí en España es la petición, y la actuación en consecuencia, de retirar el anuncio de la firma «Dolce y Gabbana» por parte del Instituto de la Mujer.

Los anunciantes han respondido algo así como que en este Estado español no somos modernos. Bueno, pues que se vayan enterando que la modernidad es un concepto subjetivo y que si lleva aparejados discursos sexistas, si hace apología del terrorismo machista, quienes tendrán que replantearse si son o no modernos deberían ser ellos, los diseñadores, modistos y publicistas de esta marca.

También en Italia han secundado la petición hecha por nuestro Instituto de la Mujer, y también piden la retirada del anuncio por los mismos motivos.

Leo en la edición digital de El País: el director del informativo nocturno de la cadena Telemadrid se permite denostar las razones que llevaron al Instituto de la Mujer a pedir la retirada del anuncio. Otro cabeza pensante, a quien se lo tendría que hacer mirar en su papel de comunicador.

Otra de las cosas que han ocurrido este año ha sido la decisión de las personas que dirigen la pasarela Cibeles de imponer criterios de moda y salud, para comenzar a velar por la salud de las modelos.

Esta medida levantó mucho revuelo, pero ya la están copiando algunas de las mejores ediciones de moda del mundo. Tampoco está nada mal que hayamos sido pioneras en esto. Y no andaremos tan atrasados, como dicen los de la marca del anuncio retirado cuando en otros países se nos copia.

Tenemos en puertas la aprobación de la Ley de Igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, lo cual tampoco está nada mal, teniendo en cuenta que esto va a obligar a empresas y organizaciones a hacer revisiones a fondo sobre sus políticas de empleo y de criterios de igualdad en su seno.

Pero como no quiero ser triunfalista en demasía, también es justo recordar algunos temas pendientes:

No es justo que sigamos esperando un sistema educativo más igualitario, en donde la coeducación continúe siendo un objetivo al parecer, utópico.

Tenemos que integrar dentro de la educación un sistema de valores no discriminatorios desde el inicio. Esta es una asignatura en la que seguimos suspendiendo.

Tenemos que exigir que, de la misma manera que contribuimos de forma igualitaria en los impuestos, se debe de investigar más en la salud de las mujeres y dejar de ser tratadas en las consultas médicas como «costillas de Adán», puesto que nuestra fisiología y nuestra biología de mujeres no ha sido estudiada como la de los hombres y nuestras reacciones a los medicamentos, en algunos caos no es la misma.

Y, sobre todo, tenemos que exigirles a las personas que nos representan en el parlamento que, cuando estén discutiendo leyes para su aprobación, incluyan los parámetros de género en esas propuestas.

De lo contrario, nos podemos encontrar con situaciones como la recién estrenada ley de dependencia, en la que se asigna a las personas cuidadoras un papel nuevo y preponderante, pero todo el mundo sabe quiénes van a ejercer ese papel: de nuevo las mujeres que se volverán a quedar en sus casas ejerciendo OTRA VEZ el papel de cuidadoras.

Porque sólo cuando un señor mata a su mujer, hijo y madre en Toledo, los medios de comunicación se hacen eco del llamado «síndrome del cuidador» y casi llegan a justificar al asesino, por estar, quizás demasiado agobiado cuidando a su familia.

En cambio, ¿les preguntamos a las mujeres cuidadoras cómo se sienten ellas?, ¿acaso y sólo por números no debería llamarse este síndrome, DE CUIDADORAS?

En fin, otro ocho de marzo para celebrar, como cada año, pero lleno de reivindicaciones saludables para la sociedad, a pesar de los logros alcanzados.

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07/TM/GG

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