Inicio Columna 2014: año de nulo desarrollo económico para las mexicanas

2014: año de nulo desarrollo económico para las mexicanas

Por Angélica Jocelyn Soto Espinosa

Con aumentos de precios a la canasta básica, disminución del empleo, y un “raquítico” incremento al Salario Mínimo (SM), este 2014 no se logró reducir el índice de desigualdad de género en términos económicos previsto por Enrique Peña Nieto (EPN), titular del Ejecutivo Federal, al inicio de su gobierno.
 
De acuerdo con los análisis que a lo largo del año presentó en su columna semanal “Monedero” de Cimacnoticias la economista Carmen Ponce Melendez, este año no hubo mejoras sustanciales en la economía y el trabajo de las mexicanas.
 
Por el contrario, como bien advirtió la economista al cierre del 2013, no se podía esperar “nada halagüeño para las mujeres y las jóvenes en términos de su economía y trabajo en este 2014”.
 
El regreso del PRI después de 12 años de ausencia en el poder, 20 años del Tratado de Libre Comercio (TLC) y la aprobación de reformas constitucionales auguraban “una desaceleración económica que se expresaría en mayor desempleo, sobre todo en el formal, en el femenino y en el de las y los jóvenes”.
 
La aprobación de las reformas en materia de telecomunicaciones, educación, fiscal y energética propiciaron el aumento inmediato en las tarifas eléctricas, de la gasolina, del gas y los alimentos y un “desplome” del 40 por ciento al precio del petróleo.
 
Las mexicanas iniciaron el 2014 con el anuncio de que el SM tendría un aumento de 3.9 por ciento con el que se pretendía hacer frente al crecimiento del 29.86 por ciento de los últimos cuatro años (2009-2013) a los precios de los alimentos.
 
Además, durante la primera quincena de enero se anunció un aumento del 12.41 por ciento a los precios de frutas y verduras, razón por lo que –según observó Ponce– se registró la inflación más alta de los últimos cuatro años.
 
Así, las expectativas de crecimiento económico para 2014 –según la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP)– eran superiores a los 3.9 puntos, pero al cierre de noviembre apenas había alcanzado 2.1 puntos.
 
Al iniciar gestiones en 2012,  Enrique Peña Nieto presentó el Programa Nacional para la Igualdad de Oportunidades y No Discriminación contra las Mujeres (Proigualdad),  para el que este año se presupuestaron 21 mil 522 millones de pesos.
 
Entre los objetivos del programa se estableció incrementar la participación y el empoderamiento femenino en el mercado laboral, disminuir las brechas de desigualdad salarial entre mujeres y hombres, y eliminar la violencia que padecen la población femenina en sus centros de trabajo.
 
PRECARIZACIÓN DEL MERCADO LABORAL
 
Durante los primeros nueve meses del año, los tres sectores de la economía registraron un mínimo crecimiento de: 3.9 en el sector primario (agricultura, ganadería, silvicultura y pesca); 1.6 en industria, y 2.0 por ciento para el sector servicios.
 
Según datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), desde que inició 2014 hasta el pasado mes de septiembre la participación femenina en la Población Económicamente Activa (PEA) no logró superar el 24 por ciento, y al contrario, con respecto a enero el porcentaje de mujeres que participan en el mercado laboral descendió tres décimas.
 
En contraste, la proporción de los varones en la PEA casi duplica la de las mujeres con 74 por ciento. Si bien las cifras de desocupación generales disminuyeron cinco décimas, el porcentaje de 5.08 (y de 4.99 para las mujeres) en el que actualmente se mantiene sigue estando entre los más altos de los meses recientes y es superior al de septiembre de 2013.
 
El porcentaje de mujeres de la PEA con estudios de nivel medio y superior que están desempleadas ostentó en septiembre la cifra más alta de todos los meses y pasó de 44 por ciento en enero a 49.36 por ciento.
 
Además, las cifras de ocupación muestran que quienes conforman la PEA femenina ocupada no son dueñas de los bienes materiales, ya que sólo dos de cada 100 son empleadoras en comparación con el 5.29 por ciento de los varones.
 
Para 2014, la participación de las mujeres en los niveles altos de ingreso (más de cinco SM) bajó de 8.3 a 5.2 por ciento; mientras que el porcentaje de mujeres que ganan de uno hasta dos SM aumentó en 19.2 por ciento, ya que en 2008 eran 7.3 millones y para el segundo trimestre de 2014 llegaron a 8.7 millones de mujeres.
 
Y la Cuenta Satélite del Uso del Tiempo y del Trabajo No Remunerado señala que 92 por ciento de quienes producen bienes y servicios no remunerados al interior de los hogares, en el campo y de forma voluntaria en la comunidad, son mujeres quienes invierten más de 20 horas al día en ellas y, por lo tanto, no acceden al empleo o la educación porque el bienestar de otras personas depende de esta tarea.
 
El 84 por ciento de los hogares monoparentales del país son dirigidos por una mujer, lo que tiene implicaciones múltiples en su vida y cambios relevantes en su rol social, biológico, político y económico.
 
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