Inicio A 23 años del sismo, costureras enfrentan peores condiciones

A 23 años del sismo, costureras enfrentan peores condiciones

Por Guadalupe Cruz Jaimes

A 23 años del terremoto que cimbró los cimientos físicos y emocionales de la Ciudad de México, costureras mexicanas integrantes del histórico Sindicato de Costureras 19 de Septiembre conmemoraron el fallecimiento de mil 600 trabajadoras del ramo y la fundación de su organización sindical, que surgió para reclamar mejores condiciones de trabajo, mismas que a la fecha han empeorado.

Según datos oficiales, durante el trágico sismo murieron alrededor de 40 mil personas y otras miles quedaron damnificadas. Guadalupe Conde, una de las fundadoras de la organización sindical, recuerda que eran «muchísimas» sus compañeras que quedaron entre los escombros, más de las que el Gobierno notificó.

Conde, de 60 años, actualmente forma parte de la asociación civil Costureras y Costureros 19 de Septiembre, que derivó de la organización sindical y quetiene por objetivo difundir los derechos de las trabajadoras de la costura, principalmente entre las más jóvenes, incluso entre quienes no habían nacido en 1985.

«Fíjese, esto fue el 19 de septiembre y para el día de muertos (al 2 de noviembre) seguían sacando cuerpos, pero a nosotras ya no nos dejaban arrimar; los soldados creían que queríamos entrar a robar», relató a Cimacnoticias.

Los medios de comunicación, hace 23 años, reportaron la destrucción de 800 talleres de costura y la Cámara de la Industria del Vestido reconoció 500 establecimientos afectados, de los que 200 estaban destruidos por completo.

Guadalupe Conde trabajó en Fray Servando 151, colonia Centro, hasta el día del siniestro, después no volvió a laborar en los «talleres grandes» ya que éstos les cerraban las puertas por pertenecer al 19 de Septiembre y luchar por sus derechos, como las indemnizaciones que algunos patrones les negaban.

Después del trágico sismo de 8.5 en la escala de Richter, registrado a las 7:19 horas del 19 de septiembre de 1985, «todo cambió, hasta entonces teníamos un trabajo estable, después empecé a coser en pequeños talleres, a vender muchas cosas para subsistir y mantener a mis hijos».

Guadalupe Conde, desde el Monumento a las Costureras Caídas, ubicado en la colonia Obrera, a dos calles del metro San Antonio Abad, manifestó que pese a las carencias y angustias que vivió «la lucha valió la pena, nosotras empezamos a conocer qué es un derecho para las trabajadoras y se lo empezamos a transmitir a los demás».

En la zona de San Antonio Abad, los edificios fueron el sepulcro de muchas trabajadoras de la costura, debido a que decenas de talleres clandestinos dieron sobrepeso a construcciones planeadas originalmente para casas habitación.

Con ello quedó en evidencia el incumplimiento de responsabilidades por parte del Gobierno en materia laboral y las inadecuadas condiciones de trabajo de miles de obreras de la industria del vestido.

En entrevista, la sindicalista lamentó que hoy en día las trabajadoras, en general, no sólo las dedicadas a la industria del vestido, desconozcan sus derechos y realicen las mismas labores que los varones y a éstos se les pague más que a ellas.

Guadalupe Conde sigue «orgullosamente» siendo costurera, labora desde su hogar, ella es madre soltera, al igual que la mayoría de sus compañeras que en 1985 conformaron el histórico Sindicato de Costureras 19 de Septiembre y sus tres hijas e hijos ya están casados, por lo que a sus 60 años lleva una vida «más tranquila».

BAJO EL ALUD DE LA GLOBALIZACIÓN

Dice que la situación laboral de las costureras en México se ha deteriorado con el transcurso de los años debido a la entrada de mercancía extranjera, china principalmente, con la que las empresas nacionales no pueden competir.

Guadalupe Conde es una de las fundadoras de la organización sindical 19 de Septiembre. Afirma: «Actualmente a las trabajadoras de la costura las descansan media semana por falta de trabajo y la otra semana ya no se las pagan, algunas nada más les dicen: hasta aquí llegamos y ya no las reciben».

Opinó que las pérdidas económicas no sólo son para las costureras sino también los patrones, ya que debido a la competencia con las empresas extranjeras se ven obligados a cerrar.

Para la sindicalista, la industria del vestido en el país se encuentra debilitada hasta en un 90 por ciento. «Antes se podían coser mil brasieres a la semana, ahora si acaso el 10 por ciento de esa cantidad».

Además, el Gobierno local y federal «no se preocupa por abrir fuentes de empleo y garantizar que los derechos de las trabajadoras se respeten; lo que hace es atentar contra su pueblo, con el salario mínimo ya no se puede hacer nada», aseveró.

08/GCJ/GG

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