A 37 años del movimiento estudiantil de 1968, la represión sigue presente. «El pasado nos alcanza, la justicia no llega al siglo XXI», expresó Lourdes Uranga López, ex guerrillera y activista importante dentro de la construcción de la democracia de nuestro país, en entrevista exclusiva para el programa de radio Público y Privado, producción de Comunicación e Información de la Mujer, AC (CIMAC).
Por su parte, Ana Ignacia, del comité de lucha de la Facultad de Derecho de la UNAM -Nacha, como ella misma se nombra- dijo que pertenece a una generación de lucha permanente «desde que yo sobreviví el 2 de octubre. Yo estuve presente en la plaza, y el 3 que desperté me dije que me había quedado por algo y que tenía que luchar».
La ex guerrillera Uranga comentó lo que fue su vida en aquellos tiempos; ella tenía no doble jornada, sino triple: era estudiante, trabajaba y era esposa y madre al mismo tiempo. Luchó por hacer sus cosas a pesar de los obstáculos y de que no contaba con el apoyo de su marido, pues como la vida que llevaba no le gustaba a su cónyuge, ellos se divorciaron y él le quitó a sus hijos.
Uranga, después de estar presa aquí, fue exiliada a Italia. Comentó, con la voz quebrada, que a su regreso, ocho años después, fue recibida por su hija y el comité con el que su hija colaboraba.
A su vez, Ana Ignacia, Nacha, dijo que ella lucha contra la injusticia por medio de la información y habló del papel que tuvieron las leyes en el movimiento y de todas las mentiras que se dijeron, como que fue un homicidio en riña. Esto sucede por la falta de información, «cuando todos sabemos que fue un genocidio y que se comprobó» expresó.
Lourdes Uranga mencionó que «estamos enseñando la impunidad, la criminalidad a la sociedad -de alguna manera, por medio de la corrupción- y se está diciendo a la ciudadanía: «no se castiga; la justicia es selectiva, está torcida. Esto es una enseñanza terriblemente nociva para la sociedad».
Por último, las invitadas coincidieron en que seguirán luchando y guardarán su fortaleza para pelear contra la injusticia. El principal motor que las motiva son los jóvenes, cuya opinión frecuentemente se encuentra mediatizada.
05/LR/YT