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A años luz de que una mujer gobierne Tamaulipas

Por Benny Cruz Zapata

Unas reconocen que les faltan ovarios para reclamar a voz en cuello el lugar protagónico que por trabajo y trayectoria se merecen; otras, conscientes están de que serán las invitadas de piedra en este año electoral, y hay quien opina que estando a años luz de que una mujer sea gobernadora en Tamaulipas, la causa principal no es otra que la ausencia de liderazgos femeninos, de unión y de valor de reconocer que se tiene la capacidad de entrar a las grandes ligas de la política tamaulipeca.

Todas consideran necesario pactar sobre sus diferencias e impulsarse entre ellas mismas, de lo contrario no es necesario adivinar su futuro político, que bien puede resumirse en 15 palabras: Son la sal y la pimienta de la política pero pocas veces el platillo principal.

Cuando Graciela de Alejandro Acevedo, con el aval de 30 años de servicio partidista en el Revolucionario Institucional, se sincera y reconoce que a las políticas de Tamaulipas les faltan ovarios para reclamar lo que por derecho, militancia y activismo les pertenece, la voz se le hace ronca, pausada; reconoce como para ella misma que, de nueva cuenta, las mujeres están marginadas del juego político que se vive con miras al proceso electoral de noviembre próximo. Va más allá:

«Si de verdades se trata, en Tamaulipas estamos a años luz de que una mujer seas gobernadora; es más, a que aspire con posibilidades reales a postularse como tal, incluso -me incluyo- a veces nos entra el miedo de reclamar lo que nos hemos ganado con años de militancia y activismo, nos llega a temblar la voz para gritar a los cuatro vientos nuestros anhelos, las aspiraciones que, por muy legítimas que sean, son calladas por el temor institucional, o la falta de dinero personal o de grupos que crean en ella como capital político».

Precisa: -El dinero es otro de los elementos que impiden a las mujeres concretar sus aspiraciones, pues cuando no tienen fortuna personal qué invertir, difícilmente encontramos eco entre los compañeros de partido o amigos para que nos apoyen.

Acepta que más allá del decir de los políticos, que en sus discursos siempre hablan de reconocimiento y aprecio al trabajo de sus compañeras de partido, de igualdad de género y cosas mejores, difícilmente sus promesas aterrizan en la realidad, reflejándose en lugares de mando de la política estatal, la que es dominada mayoritariamente por hombres tanto a la hora de elegir a los candidatos propietarios como a los cuadros que llevan las riendas del partido.

Se dice que las mujeres son la sal y la pimienta de la política, pero pocas veces el platillo principal. De Alejandro Acevedo enfatiza que «en el PRI las mujeres somos mayoría militante y activista: somos las que le ponemos el sabor y el grito si de porra o mitin se trata; si de formar seccionales hablamos, reclutar simpatizantes, organizar cuadrillas, todo lo hacemos con gusto porque creemos en el partido, porque también hay que reconocer que, como ningún otro, le ha dado su lugar a las mujeres; como gobierno está una Aída Acuña o una Paloma Guillén, en el sector campesino –CNC- tenemos a Lupita Flores, y ya como partido a una servidora en el Sector Popular.

Por su carisma, trayectoria y entrega al trabajo del PRI, «Chacha» –como se le conoce popularmente- en más de una ocasión se ha quedado a un punto de ser tanto diputada local como diputada federal, incluso en las más recientes elecciones fungió como suplente para sacar adelante y fortalecer la candidatura del hoy legislador federal Humberto Filizola Haces.

Es ella un ejemplo de que la ausencia de mujeres en las grandes ligas de la política tamaulipeca nada tiene que ver con el talento, militancia y entrega. «Es un hecho que como en los derechos universales, en la medida que se reclaman se obtiene el respeto hacia los mismos, porque entre menos se demandan suelen ser letra muerta para quienes ostentan el poder. Igual pasa en la política tamaulipeca con respecto a las mujeres ¿O no?»

EN EL PRD, PEOR QUE EN EL PRI

María del Carmen Hernández Paz es una mujer, diputada local, que diciendo esta voz es mía, en más de una ocasión ha dado la batalla al cacicazgo impuesto en el PRD por los Pedros y los Elpidios.

Reconoce que no la ha tenido fácil, por ser mujer y contraria a los ideales individualistas de ver a su partido como una parcela de poder explotada por unos cuantos.

En este contexto menciona que en su partido ni soñar con una mujer candidata a gobernadora: «No es porque no haya talento ni nos falte militancia, pero si queremos seguir siendo una fuerza política protagónica en las elecciones para gobernador, es un hecho que se buscará un candidato externo, lo que no está del todo mal, si se toma en cuanta la importancia que tiene darle su lugar a la sociedad civil y lo que ello representa.»

Lamenta que en el PRD no se ven mujeres que puedan enfrentar el reto de una candidatura a gobernadora: «Estamos peores que en el PRI, pues a pesar de que hay muchas mujeres valiosas dentro del partido, que pueden jugar un buen papel en cualquier puesto de elección popular, quienes lo manejan prefieren ver fuera y buscar a quien nos represente, que mirar hacia el interior y reconocer que hay mucha tela de donde cortar si se toma en cuenta la militancia y el activismo, lo que existe más allá de la corriente política a la que se pertenezca.

AUSENCIA DE LIDERAZGOS FEMENINOS IMPIDE ACCEDER AL PODER

Maki Ortiz es una de las dos mujeres tamaulipecas que en la historia del Partido Acción Nacional –la otra fue Carmen Bolado-han llegado al Congreso de la Unión con el respaldo del voto popular. es una mujer atractiva, que en la plenitud de sus 36 ha realizado, sin proponérselo, unos de sus más caros anhelos: defender los intereses sociales de los tamaulipecos desde el máximo recinto legislativo del país: la Cámara de Diputados.

-Desde el 93 soy panista, pero el ejercicio de la política no estaba contemplado en mi proyecto de vida; me llegó la oportunidad y la aproveché, es increíble la satisfacción que te puede dar una responsabilidad como ésta, tener la posibilidad de tener una idea y poder llevarla a cabo y que repercuta en millones de personas, pues como ciudadano no tienes armas; cuando estás adentro las tienes sin más límite que tus propias capacidades.

Mujer de hablar fluido y carisma que cautiva a quien la escucha, se le cuestiona: Tamaulipas, al igual que otros nueve estados enfrenta elecciones para gobernador. A excepción de Zacatecas con Amalia García, en ningún otro se ve una mujer con posibilidades de llegar a ser gobernadora, en el caso de Tamaulipas se dice que estamos a años luz de lograrlo, ¿Cuales son los elementos que impiden que una mujer acceda a las grandes ligas de la política?

«Nos falta creérnosla, darnos cuenta que sí podemos, muchas veces –aunado a la falta de oportunidades- no hemos sabido demostrar que tenemos la capacidad de tener esos espacios de poder, creo que los lugares no debemos esperar a que nos los den, sino hay que buscarlos, encontrarlos y reclamarlos, nos ha faltado decir: sabes qué, yo, ama de casa que tengo esta profesión, que me dedico a esto, que también soy madre de familia, llevo al niño a la escuela, también puedo ir a una oficina, tomar una decisión que beneficie a mi país, a mi estado, a mi municipio, manejar un gobierno. Nos ha faltado esa seguridad de reconocernos esa capacidad; es un hecho que hay muchas, muchísimas mujeres que tienen méritos más que suficientes y a la par de cualquier hombre, lo veo ahora que estoy en el Congreso y que veo, al igual que en todas las profesiones, a gente que tiene esa capacidad de decisión, entrega y trabajo.

«Aunque estamos cambiando, porque ya la mujer está votando por mujer. Vale decir que ya las mujeres están tratando de encontrarse entre ellas, aunque sean diferentes, porque somos las típicas que llegamos a criticar a las otras: es una cultura. Nos ha faltado estar unidas, pero es tiempo que en estos momentos seamos un poco defensoras de género, hasta que nos posesionemos donde debemos estar necesitamos unirnos, encontrarnos en nuestras diferencias; podemos tardarnos, pero lo vamos a lograr, necesitamos tiempo, comprensión, paciencia, tolerancia, necesitamos aceptar que muchas veces la idea de nosotras no es la mejor ni la correcta, y ceder ante una mejor idea, tener la capacidad de reconocer cuando otra piensa mejor que una, aunque no sea de su partido, ni su religión ni su credo, debemos tener la capacidad de decir en esta ocasión ella es mejor, voy a luchar por lo que ella piensa. Es increíble cosechar los frutos, porque cuando las mujeres se empeñan en convencer, convencen, debemos demostrar y demostrarnos que somos capaces de pactar sobre nuestras diferencias e impulsarnos entre nosotras.

«En el caso concreto de la Cámara, la mujer últimamente se ha acompañado más de la mujer, empezamos a ver las cualidades de otras mujeres, que casi nunca veíamos por detenernos en los defectos; en lo particular y de acuerdo a mi experiencia, vemos mujeres del PRD, como una Amalia García, que es una persona inteligente, culta, que la oyes hablar, que tiene ideas y llegas a decir: bueno, está en el PRD, pero es una mujer brillante, o una Beatriz Paredes, que es otra mujer brillante y no lo puedes negar porque te niegas a ti misma, o una panista como Margarita Zavala, que ha luchado muchísimo por las mujeres; una Elba Esther, que con todo y lo que se le cuestiona, no se puede negar que es una líder, tiene su luz, su capacidad.

«A esas personas las escuchas y no te queda más que admirarlas por lo que son, por lo que piensan, por lo que dicen, así lo pienso yo. En lo particular he ido caminando y haciendo el camino, tratando de escuchar; yo creo que el ser doctora me ha ayudado, si vengo de escuchar problemas y enfermedades, me ha servido detenerme a escuchar a los demás».

Pero, agrega, faltan liderazgos: «Hay un hueco de liderazgos femeninos en todos lados, en el PAN, PRI, PRD, pero esto también es porque nos falta número. No se puede negar que más independientemente de la ideología; entre las mujeres políticas hay militancia, activismo, son mayoría votante, etc. Debemos reconocer que la mujer no ha apoyado a la mujer, pero ya se ve un cambio, ahora que la mujer está votando por mujer, la misma mujer va a apoyar el liderazgo de la mujer y la va a poner en su lugar, porque somos mayoría en el padrón y sobre todo nos merecemos estar en las grandes ligas y no sólo de suplentes».

Cuando se les escucha habar, a Maki, a Chacha o a María del Carmen, nos queda claro que el empoderamiento de las mujeres es inevitable, las transformaciones sociales que se viven lo reclaman, es necesario que mujeres como ellas, representativas de su género, les den los espacios que por derecho les corresponden.

04/BCZ/GMT

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