Inicio A costa de las y los trabajadores «negocio redondo» de Afores

A costa de las y los trabajadores «negocio redondo» de Afores

Por Guadalupe Cruz Jaimes

Los últimos 13 años, millones de trabajadoras y trabajadores han mantenido en México el «negocio redondo» de las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afores), en perjuicio de sus intereses, porque de «ningún modo» podrán tener una pensión digna bajo este régimen de cuentas individuales.

El «robo» que las Afores han realizado en el país se inició en 1997 cuando las Administradoras empezaron a manejar los recursos de las y los trabajadores, afiliados al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), afirmó Miguel Ángel Sáenz, presidente del Centro de Análisis y Estudios de la Seguridad Social (CAESS).

En ese año, dijo, no había fondos, por lo que en complicidad con el Legislativo y el Ejecutivo mexicanos, las Afores comenzaron a cobrar la comisión por manejo de su cuenta individual sobre el salario base del trabajador, no sobre el fondo.

Es decir, ejemplificó Sáenz, por cada mil pesos que se obtienen del salario base de las y los trabajadores, se depositaban 65 pesos en la cuenta individual, y las Afores cobraban la comisión de 1.5 por ciento sobre mil pesos, no sobre la cantidad depositada.

Así «funcionó» de 1997 a 2007. Decían que la comisión era muy barata, pero en realidad el cobro era de 150 pesos por cada mil que ganaban las y los trabajadores, es decir las Afores obtenían 24 centavos de cada peso que ganaban las y los derechohabientes del IMSS y «esto aquí y en China, es un robo en despoblado», mencionó.

En 2007, cuando el saldo de los fondos era de 850 mil millones de pesos, el Legislativo determinó que en lugar de cobrar dicha comisión sobre el salario, se cobrara una comisión de .05 por ciento sobre el saldo de las cuentas individuales, y les dieron nueve meses para ajustarse a esta disposición.

En este tiempo, lejos de que las 18 Afores que existían hace tres años acataran el mandato, la Consar autorizó a las Administradoras el cambio de Comisión de .05 por ciento a 2 por ciento, un incremento aproximado del 600 por ciento.

Aquello, representó «un abuso extraordinario, permitido, consentido, aceptado por el gobierno y el poder Legislativo», pues todas las que entonces eran 18 Afores cambiaron para cobrar una comisión más alta.

Actualmente, existen 14 Afores, todas pertenecientes a una institución bancaria, éstas cobran 2 por ciento de comisión sobre un billón 150 mil millones de pesos, por el manejo de 14 millones de cuentas activas, es decir los fondos de las y los trabajadores que aportan bimestralmente.

A este saldo, se suman las comisiones que cobran por el manejo de 32 millones de cuentas inactivas, las cuales pertenecen a personas que en un período superior a 6 meses dejan de hacer aportaciones a sus cuentas porque están sin empleo, están ocupadas en el sector informal o en un trabajo en el que no tienen registro en el seguro social, ya que las Afores siguen invirtiendo sus recursos y cobrándoles comisión haya o no rendimientos.

Anualmente, las Afores cobran 17 mil millones de pesos al año, que pueden considerarse ganancias íntegras, pues para realizar su «labor» no requieren de más de 100 personas, si acaso, dijo, gastarán mil millones de pesos cada año.

CHILE, PIONERO EN AFORES

Este modelo proviene de Chile, país sudamericano donde por primera vez en América Latina se echó a andar el sistema de cuentas individuales, por recomendación del Banco Mundial.

El sistema comenzó hace 35 años, durante la dictadura de Augusto Pinochet. Y para 2005, cuando comienza a haber personas pensionadas con este régimen se dan cuenta que no funciona y se van para atrás. Mientras que en México las Afores seguían creciendo, narra Sáenz.

Una de las pruebas de que este sistema no es beneficioso es que el gobierno de Pinochet pasó del sistema de reparto a cuentas individuales, sin tocar a los militares, ellos siguen con el sistema anterior. Lo mismo ocurrió en México.

El Instituto de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas Mexicanas (ISSFAM) sigue teniendo un sistema de pensiones de «beneficio definido», con el que patrón, Estado y trabajadores aportaban para su pensión en la vejez, «como el que teníamos las y los derechohabientes», hasta mediados de los noventa.

Con el régimen de beneficio definido el seguro social veía a cuánto tenían derecho las y los trabajadores, «uno sabía cuánto iba a ganar de pensión, pero con las cuentas individuales uno sabe lo que paga, pero ignora lo que le van a pagar, por las dichosas minusvalías».

Frente a este saqueo, el CAESS propone, además de la iniciativa de Ley para regular el cobro de comisiones, una pensión universal, «pensamos que todas las personas mayores de 70 años necesitan tener este ingreso sean cotizantes de algún sistema de seguridad social o no. Tienen derecho a una pensión que si no parte de lo que cotizaron, debe partir de fondos fiscales», concluyó Miguel Ángel Sáenz.

10/GCJ/LR/LGL

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