Tras reconocer que las condiciones de los niños y niñas de México están lejos de ser óptimas, el presidente Vicente Fox se comprometió a que 90 por ciento del presupuesto del próximo año será destinado a gasto social.
En el Centro Nacional de las Artes, donde fue presentado el informe Estado Mundial de la Infancia 2003, de Unicef, Fox también se comprometió con las y los menores de México a que sus derechos serán respetados y aseguró que se cumplirán las leyes que los protegen.
Además afirmó que habrá buena atención a la salud de las futuras madres y que aumentará la inversión que asegure la educación, como columna fundamental de su gobierno.
Informó que durante este año, su gobierno destinó mil 200 millones de pesos a cerca de 10 mil escuelas, con lo que se benefició a 2.5 millones de alumnos de educación primaria. Igualmente durante el presente ciclo escolar se apoyó con cinco millones de pesos a estudiantes de escasos recursos.
Ante la directora ejecutiva del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Carol Bellamy, el presidente abogó por que los niños de México y el mundo no se vean obligados a trabajar.
Luego se refirió al programa «Arranque parejo» que, dijo, busca la equidad, justicia e igualdad de oportunidades. En este sentido, hizo notar que en la última década las tasas de mortalidad materna y neonatal han disminuido en el país.
Igualmente, sostuvo que más de cuatro mil jefas de familia recibieron apoyo económico cada mes, con lo que el gobierno atendió a toda la población de alta marginación.
Sin embargo, reconoció que a pesar de los avances existen muchos rezagos y necesidades de tal forma que las condiciones de los niños y niñas están lejos de ser óptimas.
Durante el acto oficial, la escritora Ángeles Mastretta leyó un documento de la Comisión de la Infancia y Adolescencia de Iberoamérica en la que autores como Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes, José Saramago y Mario Benedetti propusieron un pacto social en defensa de la infancia que garantice sus derechos, especialmente en tiempos de crisis.
Los escritores exigieron destinar mayores presupuestos a la educación, al combate a la desnutrición infantil y transferir recursos económicos a jefas de hogar, así como vigilar que los ajustes y recortes presupuestales no afecten los programas destinados a proteger a la niñez.
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