Los avances en materia de derechos de las mujeres sufrieron un deterioro en el primer año de gobierno de Andrés Manuel López Obrador, toda vez que algunos de los programas con perspectiva de género desaparecieron de la agenda del jefe de gobierno, coincidieron las feministas Ana María Hernández y Teresa Ulloa.
En entrevista por separado, apreciaron que nuevamente se «peca» de falta de continuidad en los esfuerzos iniciados en el primer gobierno electo del Distrito Federal.
Ejemplo de ello es el proyecto de salud denominado «Papmóvil», creado para detectar cáncer cérvico uterino en zonas marginadas de la ciudad, y el cual perdió su impulso original porque la Secretaría de Desarrollo Social capitalina decidió apoyar programas planteados a un año, señaló Ana María Hernández de la organización Consorcio para la Equidad y el Diálogo Parlamentario.
Respecto del gobierno de Rosario Robles «ha bajado el perfil en relación a las acciones para favorecer los derechos de la población femenina», aseguró al poner como ejemplo el Instituto de la Mujer del DF (Inmujer), que sin una ley que garantice su existencia, depende de un decreto emitido por el jefe de gobierno.
La también fundadora de Salud Integral para la Mujer (SIPAM) hizo notar el desinterés gubernamental frente a las fechas conmemorativas como el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, o el 25 de noviembre, Día de la No Violencia hacia las Mujeres.
El domingo pasado, Andrés Manuel López Obrador no asistió a la clausura de la feria informativa realizada en la Plaza Mayor sobre ese tema, a pesar de tener confirmada su participación.
Como feminista, Hernández consideró que existen retrocesos a pesar de que López Obrador designó a varias mujeres en los primeros puestos de su administración.
En tanto que Teresa Ulloa, funcionaria del gobierno capitalino durante la administración de Robles, lamentó la extinción de modelos de atención tales como el programa para reducir el embarazo adolescente, ciudadanía en igualdad, y algunos referentes al climaterio y menopausia.
Frente a una política meramente asistencialista, «caminamos por una senda muy riesgosa ante una crisis económica mundial que no puede garantizar este modelo, por lo que la población, en el momento que suspendan las medidas asistenciales, regresará a sus condiciones de exclusión,» advirtió.
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