Inicio Aborto: dominicanas de fe reclaman respeto a sus derechos

Aborto: dominicanas de fe reclaman respeto a sus derechos

Por Mirta Rodríguez Calderón

La proximidad de la segunda lectura del proyecto de Reforma Constitucional en el Congreso de la República Dominicana, anunciada para el próximo 25 de este mes, cuando quedaría aprobada la nueva Constitución del país, ha azuzado las suspicacias y aprehensiones sobre los pactos y compromisos entre legisladores, con estructuras de partidos y con iglesias, en particular la católica.

Esta situación ha intensificado la expresión de contradicciones y la movilización de las fuerzas sociales y, más, del movimiento femenino para evitar, entre otras cosas, que el Artículo 30 (11 en el actual texto) donde se establece la existencia de vida desde la concepción y el deber de protegerla, obligue a las mujeres a parir aun a riesgo de su vida.

Eso sería una realidad a partir del próximo 15 de septiembre, fecha fijada como meta por la Asamblea Nacional para concluir los trabajos de la reforma constitucional, como indicó ayer Reinaldo Pared Pérez, presidente del órgano legislativo.

Ante ello, mujeres intelectuales —profesionales y académicas— católicas, evangélicas y de otras prácticas de fe, preparan un documento al cual SEMlac pudo acceder, que circula en silencio por el país y que ya tiene más de 100 firmas de devotas de religiones, comprometidas con ejercer las presiones sobre los y las congresistas de sus municipios o provincias a favor de actitudes menos retardatarias y una votación acorde con las realidades que tipifican este problema.

Defender la libertad, la vida, la salud de las mujeres es una opción humana y ética —aseguran las católicas firmantes— pues entendemos que la maternidad es un acto fundamentalmente amoroso, de lo que se deriva que las hijas e hijos deben ser fruto de una decisión consciente, fruto del deseo del amor y no de sacrificio de nuestra propia vida.

En su Manifiesto, que piensan entregar en visitas directas a las y los legisladores por comisiones de mujeres de fe, hacen el análisis de que actualmente, las fronteras del derecho a decidir coinciden con las fijadas entre lo público y lo privado, reconociendo que las decisiones sobre la vida privada dependen de la conciencia y los valores de cada persona, y no de los dictados de altos funcionarios, de instituciones religiosas o del gobierno.

Las personas bautizadas que conformamos la Iglesia Católica —subrayan— tenemos diferentes maneras de pensar y eso no nos hace menos hijos o hijas de Dios, ni menos católicas que quienes piensan diferente.

Párrafo sustantivo de la declaración es este: La interrupción de un embarazo en ocasiones especiales, no es un dogma de fe ni una circunstancia de condena, y creemos que se están manipulando los conceptos, cuya última palabra debe ser la de la ciencia y, en el caso de la feligresía católica, su propia conciencia.

Un Congreso se debe a la protección de toda la ciudadanía y las dominicanas somos ciudadanas. Pedimos que el texto del Artículo 30 (el 11 en el nuevo proyecto) sea revisado, considerando todo lo valioso de la vida de todas y todos.

DEBATE AL ROJO VIVO

Desde los medios de prensa se expresan unas y otras posiciones, en los púlpitos la curia alimenta temores y promete infiernos, el movimiento de mujeres se pronuncia y mucha gente con voz demanda de los congresistas respeto a más de la mitad de la población que, con leyes o sin ellas, eleva la cifra anual de interrupciones de embarazos a alrededor de 100 mil.

El dato exacto se desconoce porque las mujeres pobres, las grandes víctimas, acuden a brebajes y otras prácticas que jamás revelan por miedo a la cárcel, aunque no se sabe de alguna que haya ido a parar a las prisiones por esto. De hecho, esta realidad estimula una hipocresía social gigantesca y corrompe la conciencia de la gente más humilde porque, quienes tienen recursos, pagan por abortos seguros.

La segunda lectura del proyecto de Constitución debe iniciarse en unas tres semanas. Todavía está en debate la primera consideración, que ya tiene aprobados alrededor de 230 artículos de un total de 287.

Una prominente socióloga, Rosario Espinal, ha afirmado públicamente que la reforma constitucional producirá ganadores y perdedores. Por los artículos aprobados, se perfilan ganadores los políticos y la jerarquía de la iglesia católica. Los perdedores podrían ser las mujeres, los creyentes no católicos, los homosexuales y los hijos de inmigrantes indocumentados.

La jerarquía de la iglesia católica ya se anotó dos victorias: que el matrimonio es exclusivamente entre un hombre y una mujer, y que los matrimonios en religiones no católicas carecen de validez legal, asegura Espinal.

El famoso Artículo 30 sigue en pugilato: algunas iglesias quieren una Constitución que consigne la vida desde la concepción y torne delictivo todo aborto, mientras diversos grupos sociales reclaman una definición que permita el derecho a la interrupción del embarazo en casos de riesgo de vida para la madre o violación.

Por su parte, los llamados nacionalistas lograron que las y los hijos de inmigrantes indocumentados nacidos en territorio dominicano no reciban la nacionalidad dominicana. La mayoría de esos niños son descendientes de haitianos.

Si alguien soñó que la Constitución de 2009 expresaría tendencias democráticas inclusivas, que despierte ya, concluye la académica, profesora en la universidad estadounidense de Templeton, y muy reconocida como estudiosa de las coyunturas electorales en su país.

Porque, en el fondo de la virulencia con que se discuten asuntos como el del aborto, lo que subyace es que el año próximo deben producirse elecciones congresales y municipales y los partidos políticos, y aún ciertos gremios, no quieren colocarse en posiciones de contrariar a la muy poderosa iglesia católica, riquísima por demás, que determina sobre muchos aspectos de la vida nacional.

Un ejemplo: médicos, médicas y personal de la salud han estado batallando desde hace más de un año por aumentos de salarios sin que el Ejecutivo ni la Secretaria del ramo mueva un dedo en la dirección de reconocer que es misérrimo el sueldo de estos importantes profesionales.

Han negociado, reclamado, hecho huelgas una y otra vez sin ningún resultado. Hace apenas dos semanas los dirigentes del Colegio Médico se retrataron junto al Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez para pedirle a éste que mediara con el Gobierno a fin de que tome en cuenta sus reclamos.

¿Qué se sospecha detrás de esa actitud? La antropóloga Fátima Portorreal lanzó la especulación: los médicos y médicas que habían estado apoyando la despenalización del aborto terapéutico habrían comprometido una posición pasiva en este aspecto a cambio del aumento salarial que necesitan. Los días por venir traerán la respuesta.

EL CRITERIO DE LA GENTE

Un periódico de amplísima circulación, Hoy, contrató a la agencia Gallup para explorar las percepciones populares al respecto. ¿Qué encontraron?: que la controversia es de marca mayor, pero algunas posiciones se presentan bien definidas: La mayoría piensa que la Constitución no tiene que ocuparse de este asunto que competería al Código Penal. Para 52 por ciento de las personas adultas el aborto nunca está justificado, contra el 46 por ciento que piensa que sólo en algunos casos.

Pero un tercer hallazgo consigna que 80 por ciento de los encuestados afirma, de manera rotunda, que una mujer puede abortar cuando su vida está en peligro, contra un 18 que considera que no debe hacerlo ni siquiera en esa circunstancia. Y 68 por ciento piensa que la violación sexual no es una razón válida para el aborto.

La posición que tiene el 56.7 por ciento de las ciudadanas y ciudadanos sobre el aborto es que es un acto inmoral, mientras que el 41 considera que no siempre es así. El aborto es uno de los temas más controversiales que se discuten en este momento en la sociedad dominicana. Según la encuesta Gallup-Hoy, para 58.7 por ciento de las mujeres esa práctica es inmoral, y lo mismo piensa el 54.7 por ciento de los hombres.

En este período, a punto de comenzar la segunda y definitiva lectura que dejaría aprobada la nueva Constitución, mujeres de todas las tendencias intensifican sus presentaciones. También la población en su conjunto dice lo que piensa del hecho tan discutible de que 153 congresistas, más del 80 por ciento varones, decidan por el 51.2 por ciento de la población y establezcan en la Carta Magna que las embarazadas tienen que llevar a término la gestación, no importa si es producto de incesto, violación, si peligra su vida o si el feto trae anomalías.

La lucha por la legalización del aborto terapéutico comenzó hace mucho —tres o cuatro años— cuando se constituyó el Foro de Mujeres por la Reforma Constitucional bajo el advocatorio la Constitución que queremos las mujeres.

Más recientemente, cuando ya un grueso de congresistas habían aprobado, en primera instancia, el artículo con el cual, de hecho, se hacían cómplices de las muertes de muchas decenas de mujeres cada año, el movimiento social creó la Coordinadora Nacional de Resistencia al Retroceso, pero todavía están a prueba sus influencias y por verse los resultados de sus esfuerzos.

09/MRC/GG

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