El aborto inseguro en México y el mundo debe ser visto como un problema de derechos humanos y justicia social, coincidieron especialistas en salud y Raffaela Schiavon, directora adjunta de Salud Reproductiva del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva.
En un diálogo sostenido hoy en el Colegio de México (Colmex) con motivo del 28 de septiembre, Día por la Despenalización del Aborto en América Latina y el Caribe, la funcionaria de la Secretaría de Salud (SS) aseguró que en México el mayor uso de métodos anticonceptivos y mejor atención obstétrica influyeron en la disminución gradual de muertes por aborto.
De acuerdo al comparativo presentado hoy por Schiavon mientras que en 1995 se registraron 158 muertes por esa causa, para el año 2001 fueron 79. En el 2002 fueron 97; 86 el año pasado y en lo que va del actual se estiman 87 defunciones por aborto.
Para Raffaela Schiavon, ex integrante de la organización Population Council, los retos de salud pública son mejorar los servicios de atención al aborto y post aborto, enfocarlo como un problema de salud materna y lograr que los recursos dejen de ser un «cuello de botella» para todos los temas de salud.
«No se puede mejorar un indicador de salud», si no se atiende a la infraestructura de los servicios de salud, abundó.
Consideró positiva la acción del gobierno del Distrito Federal para formalizar la objeción de conciencia, que consiste en un escrito donde el personal médico indique si cooperará en la realización de un aborto o no.
Sin embargo, las activistas presentes rechazaron que esas sean cifras confiables al llamar a las autoridades a llevar registros fehacientes sobre mortalidad y consecuencias dañinas de los abortos clandestinos a las mujeres.
Martha Juárez, vocera de la organización civil Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE) detalló que se registran de manera oficial 110 mil abortos al año, aunque se han llegado a estimar en un millón cada año, sin que esa cifra pueda comprobarse.
Según la organización internacional IPAS, 95 por ciento de los abortos en América Latina son clandestinos, en tanto que la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que 4.2 millones de mujeres se practican abortos inseguros cada año en la región.
En el caso latinoamericano, abundó Martha Juárez en su oportunidad, es necesario que la academia investigue los datos duros contra estimaciones emitidas para la salud pública en los países de la región, las secuelas del aborto inseguro, aspectos psicológicos de mujeres con embarazos no deseados y de mujeres que abortan, así como más medición de opinión pública sobre el aborto.
Ana Langer, en representación de la Alianza Nacional por el Derecho a Decidir (Andar) consideró que el aborto en México y el mundo, es un asunto de desigualdad puesto que las mujeres que mueren en el proceso suelen ser pobres. Y apostó a que las 87 defunciones registradas por la SS habrían sido mujeres pobres.
Señaló que los retos a 10 años son la atención al aborto, una causa importante de muerte sobre todo entre mujeres jóvenes, pobres y rurales será acabar con la persistencia de barreras para acceso a aborto seguro y atención post-aborto y los esfuerzos de sectores conservadores para restringir acceso y limitar causales de aborto legal.
Las mujeres recurren al aborto cuando lo necesitan, sea legal o ilegal, seguro o inseguro», señaló Langer, directora del Population Council en el evento convocado por Andar y anfitriona del Programa Interdisciplinario de Estudios de la Mujer (PIEM) del Colmex.
2004/MR/LR/SM
