Un hombre que le colocaba a su mujer un cinturón de castidad fue absuelto por la Justicia de Entre Ríos, al no encontrar elementos de prueba suficientes para acusarlo, publicó la agencia El Vigía.
Antes de ir trabajar, Angel Marcelo Giordano colocaba todas las mañanas a su mujer un cinturón de castidad, y se lo quitaba al regresar a casa.
El cinto le impedía a María Sandra Lescano, empleada doméstica de 24 años y madre de dos hijos, orinar o higienizarse porque su marido se llevaba la llave del candado.
Giordano ponía una cadena como cinturón del pantalón y la sujetaba con el cerrojo. Para poder ir al baño, la mujer debía descoser la tela y volverla a coser antes de que él llegara para evitar su ira.
Cuando ya no pudo más, María contó su calvario a una vecina, que la alojó en su casa y le dio fuerzas para denunciarlo. Aunque presentó la cadena y el candado con que era sometida, la sala 1 de la Cámara del Crimen de Paraná, Provincia de Entre Ríos, encontró a Giordano libre de los cargos en su contra por privación ilegítima de la libertad, entre otras cosas, porque nadie más que su vecina y amiga vio a la mujer encadenada.
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