Debido a la recesión económica internacional, las migrantes mexicanas que laboran sin documentos en Estados Unidos, son las primeras en ser despedidas, ya que a comparación de los varones la mayoría de ellas carece de documentos y ocupan «los peores trabajos».
Las migrantes mexicanas en Estados Unidos, que representan el 30 por ciento de los 5.9 millones de migrantes en situación irregular nacidos en México, además del impacto económico también ven afectadas sus relaciones sociales por el aumento en los niveles de violencia, a causa de la recesión.
Así lo refirió a Cimacnoticias John Burstein, del Foro para el Desarrollo Sustentable, quien desde hace 35 años trabaja el tema de migración México-Estados Unidos, al término del primer día del Segundo Seminario Taller-Binacional Género e Identidades Interculturales en las Migraciones, que se llevó a cabo la semana pasada en Comitán, Chiapas.
En entrevista para Cimacnoticias, Burstein aseguró que las mujeres migrantes en situación irregular provenientes de México, ya son las primeras afectadas por la recesión económica pues a comparación de los varones tienen menos papeles, «llegaron después y ocupan los peores trabajos, por eso es más fácil que las despidan en época de crisis».
Para el activista de Foro para el Desarrollo Sustentable la situación de las migrantes es «especialmente vulnerable» debido a las «expresiones de estrés y depresión, por la recesión económica, que resultan en explotación y abuso de las mujeres».
John Burstein aseveró que las trabajadoras migrantes en situación irregular, enfrentan por un lado la inestabilidad en la economía, al ser las primeras en perder sus trabajos, lo que puede generar escenarios de violencia en las relaciones que se dan dentro y fuera de la familia, dijo.
Burstein refirió que aunque la vulnerabilidad de las mujeres es permanente, con la crisis económica este fenómeno se agudiza.
VIAJAN CON FINES LABORALES
En este sentido, de acuerdo a datos de la organización civil Enlace Comunicación y Capacitación, quien convocó al encuentro binacional que se realizó en esta ciudad junto con la Asociación Latinoamericana de Organizaciones de Promoción, el desplazamiento de las mujeres ha dejado de ser sólo por la reunificación familiar; ahora las migrantes lo hacen con fines laborales.
Prueba de ello es que el 95 por ciento de estas mujeres logra emplearse, 61 por ciento lo hace en el sector industrial y agrícola y 39 por ciento se ocupa en el de servicios.
Además, el 57 por ciento de las trabajadoras migrantes mexicanas son solteras, de 31 años en promedio, tienen un grado de educación superior al alcanzado por los hombres –siete años en promedio– y permanecen más tiempo que los hombres en Estados Unidos.
En promedio, las migrantes reciben mil dólares mensuales es decir 50 por ciento menos que los hombres y de ellas dos de cada cinco trabajadoras envía dinero a sus familias en México.
De las mexicanas residentes en Estados Unidos sólo 25 por ciento han adquirido la nacionalidad estadounidense
REFORMA MIGRATORIA
Ante este panorama, John Burstein, refirió que para el siguiente año, además de los masivos retornos de las y los migrantes mexicanos por la pérdida de trabajos, en el ámbito político esperan que con el nuevo mandatario, el demócrata Barack Obama, se reinicie el debate sobre la reforma migratoria que quedó inconclusa en 2007, por la falta de acuerdos entre «fuertes poderes de Estados Unidos y el sector nacionalista y xenofóbico» de este país norteamericano.
Para John Burstein las condiciones «están dadas» para poder reiniciar la discusión sobre la reforma migratoria, la cual debe incluir la ciudadanización política de las y los migrantes en Estados Unidos, pues, dijo, esta población sólo es considerada «económica, no política, es decir, sin derechos».
08/GCJ/CV
