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Afectan a trabajadoras los Contratos de Protección Laboral

Por Hypatia Velasco Ramírez

Los contratos de Protección Laboral, pactos colectivos que se firman entre empresas y por sindicatos que éstas crean a espaldas de las y los trabajadores, han golpeado fuertemente a las mujeres, pues no todas las trabajadoras que se encuentran contratadas bajo estas condiciones tienen seguro social y, por tanto, tampoco cuentan con el acceso a un servicio de guarderías.

Así lo señaló Rita Robles Benítez, integrante del Centro de Reflexión y Acción Laboral (Cereal), durante la mesa de medios de Comunicación e Información de la Mujer AC (CIMAC) que se llevó a cabo esta mañana con el tema de Contratos Colectivos.

Aseguró también que las mujeres están fuera de toda negociación sobre sus condiciones laborales, debido a que este contrato ya está pactado desde antes que ellas sean contratadas por lo que entran directamente al sindicato de la empresa.

Y aunque el 90 por ciento de la población femenina sabe que está afiliada, ese mismo porcentaje desconoce a qué tipo de sindicato pertenece, dijo, y aún cuando los Contratos de Protección Laboral cumplen con las formalidades legales para su establecimiento, en la realidad no responden a la auténtica representación de los intereses de las y los trabajadores que se contratan bajo estos términos.

Pero, además, al no ser parte de la discusión del contrato colectivo y de las prestaciones que se debieran contemplar, «entonces ni la empresa ni el sindicato han tocado el tema del cuidado de las y los hijos de estas trabajadoras», señaló Robles Benítez.

Como consecuencia, el cuidado queda a cargo de otros familiares, de vecinos o de gente que se contrata particularmente para cuidar a las y los niños, lo que ha dado como resultado una descomposición familiar.

«Estas mujeres trabajan alrededor de 12 horas al día. Hay empresas que establecen horarios de 4 por 3 (trabajan 4 días a la semana durante 12 horas y a la siguiente semana trabajan 3 días durante 12 horas), lo que limita el contacto con la familia y las y los hijos.

Además, quedan fuera de las condiciones favorables para acceder a niveles adecuados de vida: con estos contratos la mayoría de las trabajadoras no están cotizando en el Seguro Social y por ello no cuentan con prestaciones de vivienda y se mantienen al margen del sistema de salud, lo que incrementa la precariedad en su vida.

De acuerdo con Robles Benítez, los Contratos de Protección no contemplan avances en la mejora de los derechos de las y los trabajadores, sino que van «en un grave retroceso, incluso para estar por debajo de lo que marca la ley».

Esto ha golpeado fuertemente al sector electrónico de Guadalajara, pues el salario que están actualmente ganado las trabajadoras en este sector es de dos salarios mínimos, no más.

Además enfrentan otra situación: la mayoría de las que se contratan son madres solteras, divorciadas o viudas y cada una tiene hijas e hijos pequeños a su cuidado.

«Si alguno de sus hijos se llega a enfermar y falta un día sin poder avisar, se les descuenta esta jornada pero por el doble, pueden perder hasta 200 pesos por haber faltado un sólo día cuando su salario es dos salarios mínimos por día. A veces hasta 90 pesos es lo que ganan por día y si les descuentan 200 pesos su economía es golpeada fuertemente, así comos sus condiciones de vida y la de sus hijos», señaló.

En el sector de la maquila electrónica, concretamente en Guadalajara, las mujeres son la principales contratada debido a que reúnen ciertas características que los subcontratistas consideran adecuadas para este sector, como el ser dóciles, tener facilidad para el manejo de piezas pequeñas y porque se adaptan fácilmente a los contratos temporales y a la flexibilización.

De acuerdo con Robles Benítez, las principales centrales que tienen contratos colectivos son la Confederación de Trabajadores de México (CTM) y con más fuerza la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC).

Y estos contratos golpean principalmente tres aspectos: la libertad sindical, la contratación colectiva y el derecho de huelga, así como ciertos derechos humanos, tales como el derecho al empleo estable, al salario digno y a las condiciones satisfactorias de trabajo. Pero particularmente afecta los derechos económicos, sociales y culturales, como la vivienda, la salud y el nivel más alto de vida, dice Robles Benítez.

07/HV/GG

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