Investigadores del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), descubrieron que la exposición cotidiana de mujeres parturientas y mayores de 40 años de edad a las secreciones de las aves puede ocasionarles la muerte.
Entrevistada por Cimacnoticias, la bióloga de INER, Martha Livier Bustos Espinoza, señaló que se trata de una nueva modalidad de neumonitis por hipersensibilidad, es decir, inflamación en los pulmones provocada por la exposición a alguna sustancia reconocida por el sistema inmunológico como extraña y que genera una reacción alérgica.
La bióloga de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y cuyo proyecto de doctorado es descubrir la razón por la cual las mujeres parturientas son susceptibles a las secreciones de las aves, señaló que el principal riesgo es que éstas se pulverizan en el aire y llegan a los pulmones a través de la respiración.
La especialista de la UNAM indicó que las mujeres pueden desarrollar esta enfermedad desde una semana hasta seis meses después del parto.
De acuerdo a cifras de la especialista el 17 por ciento de los 400 casos detectados por el INER en el último año y medio de esta nueva modalidad de neumonitis por hipersensibilidad pertenecen a mujeres parturientas. El resto de las enfermas tienen entre 40 y 50 años de edad.
No obstante, la especialista reconoció que el número de casos es mucho mayor ya que no todas las enfermas acuden al INER, «lo cual es un gran riesgo para las enfermas ya que un médico general puede confundir la neumonitis por hipersensibilidad con una simple gripe».
Bustos Espinoza advirtió que de no detectarse a tiempo, dicho padecimiento puede convertirse en una fibrosis pulmonar y ocasionar la muerte.
Aunque advirtió no tener cifras exactas, informó que en la mayoría de los casos, el padecimiento no se detecta a tiempo por lo que el promedio de vida de la paciente no supera los cinco años.
Por ello recomendó no tener aves en lugares cerrados y no usar almohadas o prendas de vestir fabricadas con plumas de ganso o alguna otra ave ya que el excremento, las plumas y en general las secreciones de las aves son factores de riesgo.
2003/MM/MEL
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